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Correo Tortuga - Campanya Antibase

El Equipo de Inspección Civil logra introducirse en la base de la OTAN en Bétera, pero guardia civil y militares impiden por la fuerza que penetren en la zona de máxima seguridad.

El Equipo de Inspección Civil logra introducirse en la base de la OTAN en Bétera, pero guardia civil y militares impiden por la fuerza que penetren en la zona de máxima seguridad.

Desobedeciendo explícitamente la prohibición que establece el Código Penal Militar, alrededor de 30 personas han conseguido introducirse a través de las alambradas del Cuartel General del Cuerpo de Despliegue Rápido de la OTAN en Bétera para participar en la II Inspección Ciudadana a esta base.

Poco antes del mediodía, una caravana de 12 coches (coches patrulla de la Guardia civil incluidos) partía de Bétera en dirección a las instalaciones homologadas por la Alianza Atlántica hace cerca de un año. A pesar de la vigilancia desplegada alrededor del cuartel, que incluía también un helicóptero y una unidad de los antidisturbios de la Guardia Civil, el equipo de inspección ha conseguido detenerse en el arcén de la carretera de Bétera a Olocau que limita por el Oeste el recinto militar. A unos 100 metros de los edificios de la base, los inspectores y las inspectoras civiles, vestidas con batas blancas, han empezado a pasar por debajo de los hilos de la alambrada. En poco más de dos minutos todo el equipo de inspección se encontraba en el interior, donde han sido advertidos por agentes de la Guardia Civil de la ilegalidad de lo que estaban. A su vez, los inspectores han informado a los agentes de la ilegitimidad de la instalación que iban a intentar inspeccionar, tras lo que han comenzado a andar paralelamente a las alambradas hacia el recinto de máxima seguridad de la base , es en esos momentos cuando agentes de la Guardia Civil pegan patadas a parte de los integrantes del grupo de inspección.

En esta imagen vemos a Carlos invocando el castigo de Alá para el perro infiel que se ha atrevido a tocar con sus manos la túnica que lleva puesta, regalo que le hizo Muktar al Sadr en la peregrinación de Carlos a La Meca del año pasado

Mientras, la concentración de apoyo convocada en la puerta principal de la base que contaba con la presencia de cerca de un centenar de personas, se ha desplazado hasta llegar a la altura del lugar donde se encontraba el equipo de inspección.

Una vez detenido el avance de los inspectores e inspectoras por los antidisturbios de la Guardia Civil, que han conseguido formar un cordón humano a su alrededor, el equipo ha decidido montar un campamento de inspección. Así, en pleno terreno militar, ha aparecido en pocos segundos una improvisada lona blanca sujeta con mástiles, cuerdas y piquetas, que ha servido, junto con unas sillas y mesas, para que el equipo de inspección pudiera reunirse para decidir cómo continuar la acción.

Finalmente, como forma de reclamar el cierre y devolución del terreno para usos sociales y ecológicos, los inspectores civiles han almorzado relajadamente al mismo tiempo que la gente que componía concentración de apoyo.

Según nos cuentan, las alambradas de este año pinchaban más que las del año anterior

Así, tras una hora y media de ocupación del territorio militar y bloqueo por parte de las autoridades militares, los integrantes del grupo de inspección han compartido un té árabe, hasta que los agentes de la Guardia Civil previa identificación de los inspectores han realizado un agujero en la alambrada y han realizado el desalojo de la instalación militar arrastrando a los inspectores.
De esta forma se ha puesto punto final a la II Inspección Ciudadana de la base de la OTAN.

* * *

DECLARACIONES DEL EQUIPO DE LA II INSPECCIÓN CIUDADANA A LA BASE DE LA OTAN

• Un año más, las autoridades militares no han colaborado con los inspectores civiles, y un año más tenemos que preguntarnos qué es lo que esconde esta base que no acepta la observación pública.

• Para el equipo de inspección, se ha puesto una vez más de manifiesto «el secretismo, la opacidad, y la intoxicación de la opinión pública que caracteriza a los temas militares».

• Lo que podemos confirmar por lo que hemos podido observar y la nuestra información previa es que se trata de una instalación que produce y almacena violencia, inseguridad y miedo, y que tiene capacidad para proyectarlas hacia cualquier lugar del mundo.

• En efecto, noticias como que el cuartel ahora aspira a formar parte de la Fuerza Rápida de la OTAN para «luchar contra el terrorismo internacional» con operaciones como la de Iraq, o el informe de Amnistía Internacional que acusa a la Fuerza de la Alianza en Kosovo de favorecer las redes de prostitución y las mafias locales, acaban de confirmar que la base de Bétera es una instalación indeseable y peligrosa de una organización indeseable y peligrosa.

• Así que, como no queremos formar parte de una guerra global en la que toda las poblaciones somos víctimas potenciales, exigimos el desmantelamiento de ésta y las demás instalaciones militares.

• Mientras esto no se produzca haremos todo lo posible para obstaculizarlas y hacerlas completamente inoperativas.

• No hemos podido realizar la misión de observación que pretendíamos, y por tanto volveremos el año que viene. Pero por ahora, nos vamos contentos porque al menos hemos entorpecido durante un buen rato el funcionamiento normal de una instalación de guerra.

campanya antibase - inspecció ciutadana

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Del diario Levante el Mercantil Valenciano 16-05-04

«INSPECCIÓN CIUDADANA»

Una treintena de pacifistas logra entrar en la base de Bétera

El objetivo era investigar si hay armas de destrucción masiva

Isabel Olmos, Valencia

La base militar de la OTAN en Bétera fue ayer escenario de una imagen, como mínimo, insólita: una treintena de manifestantes pacifistas tomando té árabe en su interior escoltados por otra treintena, o más, de militares y guardias civiles. Los activistas participaban en la denominada Inspección Militar, una acción desarrollada por población civil mediante la cual intentan introducirse en el recinto militar y «examinar» el tipo de armamento que almacena. El acto está considerado como desobediencia civil por el Código Penal Militar con hasta 3 años de prisión al considerar que se han vulnerado las medidas de seguridad.

Los inspectores e inspectoras toman un té árabe dentro del recinto de la base rodeados de grandes medidas de seguridad

«Queremos saber lo que hay ahí dentro», explicaba a primera hora el portavoz del grupo, Amand Ortiz, «y para buscar si hay armas de destrucción masiva. Nos preocupa mucho que el cuartel de Bétera sea de carácter netamente ofensivo y más, porque opta a a acoger la futura fuerza rápida de la OTAN, lo que supone que puede ser llamada a participar en cualquier guerra preventiva, ilegal dentro del derecho internacional».

Faltaban diez minutos para las doce cuando una comitiva formada por una docena de vehículos, incluidos los de prensa, partió desde Bétera hacia el recinto de la OTAN, completamente vigilado tanto desde tierra, con vehículos especiales cada 500 metros, como por el aire, mediante un helicóptero de la Guardia Civil. Eso, fuera, porque dentro varios jeeps del ejército patrullaban el camino más próximo a la carretera CV-33 Bétera-Olocau, desde donde iba a acceder la Inspección Ciudadana al interior del recinto militar.

El objetivo, tras caminar un par de kilómetros a pie completamente rodeados por guardias civiles y militares, era saltar como pudieran las vallas de alambre que rodean los 12 kilómetros de perímetro del recinto y dividirse posteriormente por grupos para intentar investigar el contenido de la instalación. No obstante, y como ya pasó en la anterior ocasión, sólo una parte de los «inspectores civiles» lo logró, ya que el resto fue expulsado inmediatamente por parte de los militares desplegados para intentar evitar el acceso.

Consignas desde dentro

Una vez dentro, y rodeados de estrictas medidas de seguridad, los «inspectores civiles» Ñataviados con batas blancasÑse sentaron y no cesaron de gritar consignas como Cap exèrcit defensa la pau, OTAN no, bases fuera, Gastos militares para escuelas y hospitales y Todas las bases son ilegales, sumándose también la veintena de personas que se habían quedado fuera del recinto y con las que apenas les separaban media decena de metros. Fue entonces cuando, «en un gesto de fraternidad con los pueblos amenazados y en el punto de mira de instalaciones como ésta», afirmó Ortiz, los pacifistas que estaban en el interior prepararon un té árabe. No obstante, su presencia en el recinto no estuvo exenta de tensión y de varios encontronazos con los militares presentes tanto al intentar entrar como cuando fueron expulsados donde manifestantes y militares forcejearon provocando la caída de alguno de los participantes.

Alternativa Antimilitarista - Moc
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