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Motivador ejemplo de noviolencia en acción

Trainstopping en Italia 2003: los bloqueos de trenes obstaculizaron el despliegue militar de EEUU hacia Iraq

Trainstopping en Italia 2003: los bloqueos de trenes obstaculizaron el despliegue militar de EEUU hacia Iraq

Importantísima por su impacto y su amplitud pero bastante desconocida fuera de Italia, rescatamos en INSUMISSIA esta interesante crónica de la campaña de bloqueos de trenes militares con material de las bases estadounidenses en Italia en dirección a Iraq, en unos momentos (finales de febrero de 2003) en que era inminente el inicio de la agresión. Hemos traducido un artículo originalmente publicado en el magazine Z, a pocos días de distancia de las acciones, lo que le da al relato una vitalidad especial y un interés adicional. Estos ejemplos históricos han servido sin duda para inspirar iniciativas como la red antimilitarista europea, de la que ya os hemos dado cuenta en estas páginas.


¡Detengan Ese Tren!
Adele Oliveri

2 de Marzo de 2003

Italia ya está en la guerra. Nadie se habría dado cuenta de no haber sido por un puñado de trenes que llevaban equipo militar de la base de Ederle (noroeste de Italia ) hasta Camp Darby (Toscana); y de no haber sido, por supuesto, por las movilizaciones de unos cientos de activistas italianos que desde hace unos días han estado persiguiendo esos trenes desde el principio de su ruta, para detenerlos o por lo menos retrasar su viaje, en un intento de reforzar «un embargo contra armas americanas que matarán civiles en Irak.»

Las protestas de esta semana, siguiendo a las exitosas manifestaciones del 15 de febrero, están contribuyendo al fortalecimiento del frente antimilitarista italiano, mientras que la presencia en territorio italiano de estos «trenes de la muerte» vuelve a reabrir el debate sobre el papel logístico de Italia apoyando un ataque en Irak.

Debido a su situación geográfica, desde el final de la 2ª Guerra Mundial, Italia ha estado en una situación estratégica clave para el establecimiento de bases de la OTAN y de Estados Unidos, inicialmente para contener las amenazas creadas por la entonces Unión Soviética. Actualmente hay 6 bases de Estados Unidos y 4 de la OTAN localizadas a lo largo del país, más innumerables instalaciones militares, empleando aproximadamente a 13000 militares y a 15000 civiles.

Camp Darby, cerca de Pisa, Toscana, considerado como el arsenal más grande en el extranjero, según se alega contiene 20000 toneladas de municiones de artillería, proyectiles, bombas y cerca de unas 8000 toneladas de explosivos. Debido a su proximidad al puerto de Livorno, uno de los dos más grandes de Italia junto con Génova, Camp Darby también es una de las 6 bases estadounidenses en todo el mundo utilizada para movilizar tropas y equipamiento. Y Livorno es precisamente el destino final de la carga militar del tren; de allí, se enviará a Turquía y después a Irak al frente de guerra.

Desde el principio de la crisis iraquí, la Administración de Estados Unidos ha estado presionando al gobierno italiano para concederle acceso al espacio aéreo del país, bases e infraestructura del transporte, para facilitar el despliegue de tropas y equipo hacia el Medio Este.

Es innecesario decir que Berlusconi y su gabinete aprobaron todo con demasiada facilidad como para convencer. El 14 de febrero, el Ministro de Defensa Antonio Martino, le envió una carta al Parlamento italiano informando de que había aceptado todas las peticiones de Estados Unidos de transporte civil y militar, especificando que «esas peticiones no son parte de acciones dirigidas a la preparación de la guerra contra Irak, sino de un esfuerzo por presionar al régimen de Saddam Hussein.»

La carta de Martino despertó indignación entre la oposición y el movimiento antimilitarista, cuando se percibió claramente como una declaración de apoyo unilateral a la acción militar de Estados Unidos en Irak, indiferente ante cualquier decisión tomada por el Consejo de Seguridad de la ONU, sin darle la oportunidad al Parlamento de debatir la implicación de Italia en el conflicto, y totalmente en contra a la generalizada oposición pública a la guerra.

No es sorprendente, por consiguiente, que el ala más militante del movimiento antimilitarista, encabezada por los Disobbedienti («Los Desobedientes») decidió avanzarse al enfrentamiento, preparándose para intervenir con acciones directas noviolentas a la mínima señal de maniobras en territorio italiano.

Bloqueo en Grisignano

No tuvieron que esperar mucho. Una semana más tarde, el viernes 21 de febrero, los dos primeros trenes (de un total de 26), que partían desde una estación secundaria en el Noreste, ya estaban siendo cargados con vehículos militares y equipamiento, con destino a Camp Darby. Alertados por trabajadores ferroviarios, los manifestantes actuaron rápidamente, bloqueando por unas horas la salida de uno de los dos trenes aunque el segundo logró salir. Pero no iba a ser un trayecto fácil.

Gracias a una eficaz red de comunicación, los manifestantes, a menudo operando en grupos relativamente pequeños (20-30 personas) organizaron bloqueos a lo largo de la ruta, encendiendo hogueras y obstruyendo las vías, forzando al tren a parar y a cambiar su ruta varias veces antes de alcanzar su destino final. Por supuesto, sus acciones tuvieron respuesta, como la inmediata intervención policial despejando la ruta mientras el tren avanzaba a paso de peatón. El tren finalmente llegó a Camp Darby, con varias horas de retraso.

Hogueras en los raíles en Pisa

Al acabar el primer día, estaba claro que los manifestantes no iban estar solos en su persecución: trabajadores ferroviarios, tácitamente apoyados por sus sindicatos, inmediatamente anunciaron que boicotearían el funcionamiento de los trenes, negándose a trabajar y facilitando a los manifestantes toda la información logística para organizar bloqueos (itinerarios, horarios, etc.); los alcaldes de Pisa y Livorno (las dos ciudades Toscanas más cercanas a Camp Darby) pidieron formalmente al gobierno que les diera información detallada de la carga militar, quejándose de no habían sido notificados de que tales operaciones iba a tener lugar; y los estibadores en Livorno proclamaron su intención de hacer huelga en caso de les pidieran cargar el equipamiento militar.

La resistencia de los trabajadores recibió el apoyo total de Sergio Cofferati, anterior jefe del CGIL (el sindicato italiano más grande) y ampliamente reconocido como una de las figuras más influyentes de la izquierda italiana, quien en el mismo día emitió una declaración alentando «el uso de todas las medidas democráticas posibles para contrarrestar la guerra.»

La declaración de Cofferati fue (¿sin intención?) comparada a una declaración muy similar (aunque totalmente diferente) del ministro del Interior Giuseppe Pisanu que, quedando sorprendido por la fuerza de las protestas, defendió el «uso de todas las medidas posibles, y si fuese necesario [...] el uso de toda la fuerza de contención del estado» contra los manifestantes.

De hecho, como las acciones se intensificaron durante los días siguientes, hubo represión policial: los manifestantes fueron a menudo golpeados y retirados de las vías por la fuerza, y en algunos casos fueron identificados y denunciados en la comisaría de policía. Pero esto no bastaba para disuadir a los manifestantes, que parcialmente cambiaron su estrategia a la que llamaron «desobediencia creativa.»

Dado que los trenes de la muerte estuvieron circulando por las mismas vías y al mismo tiempo que los trenes regulares, ¿qué manera más fácil para bloquear el anterior que parar el último? La campaña «pon un freno a guerra» fue lanzada: los activistas se subirían a trenes civiles y accionarían el freno de emergencia, creando muchos más retrasos a los trenes de la muerte que haciéndolo como anteriormente.

(Curiosamente, no hubo informes de ninguna queja por viajeros y usuarios afectados por los retrasos, que en varias ocasiones estuvieron muy a favor y apoyando, animando a los activistas con aplausos.)

Bloqueos, mítines, ocupaciones y sentadas corrieron como la pólvora, también gracias a los medios de comunicación alternativos tales como Radio Global, Radio Sherwood e Indymedia Italy, que proporcionaron cobertura en directo de las protestas, aconsejaron a los manifestantes en cómo llegar a los puntos calientes a lo largo de las vías del tren, invitaron a informar del avistamiento de trenes, ofrecieron el consejo legal necesario e incluso actuaron como foros para debatir sobre métodos y formas de desobediencia civil (en Indymedia, un trabajador ferroviario explicaba cómo poner los semáforos en rojo sin hacerse daño).

Manifestación en Pisa

El martes 25 febrero quedó claro que los bloqueos tuvieron éxito en crear serias molestias a las maniobras del ejército: el Ministerio del Interior y el Departamento de Seguridad Ciudadana habían decidido hacer viajar a los trenes por la noche, en un intento de escapar de los bloqueos, mientras algunos de los cargamentos militares se desviaron a las carreteras causando grandes retrasos y largas colas.

En el mismo día, los manifestantes también se enteraron de que los militares estadounidenses negociaban con Eslovenia la posibilidad de enviar los trenes restantes a través de sus fronteras, para llegar a Turquía a través de Hungría, Rumania y Bulgaria. Mientras las instrucciones iniciales (más tarde clasificadas) mencionaban 26 trenes, el martes sólo 8 habían llegado a su destino final. Y al día siguiente tampoco fueron vistos más trenes, mientras las manifestaciones alcanzaron su cumbre con 10.000 personas en Pisa y bloqueos, ocupaciones y manifestaciones por todo el país, incluso en aquellas regiones por donde ningún tren de la muerte iba a pasar.

¿Hay alguna lección que podamos aprender de estos eventos? Primero, hay actos de desobediencia civil capaces de unir a una amplia gama de fuerzas sociales, por encima de las ideologías más radicales. Uniendo las fuerzas con los trabajadores ferroviarios y sus sindicatos, los manifestantes no sólo tuvieron acceso a codificar información logística, sino que sus acciones ganaron una gran credibilidad entre el público general, del que gran parte había estado, hasta hace poco, bastante cauto en apoyar actos de desobediencia civil.

Segundo, una acción exitosa no requiere necesariamente estructuras con una organización centralizada y rígida. De hecho, los bloqueos de trenes de la semana pasada fueron el resultado de los esfuerzos de grupos diversos, principalmente de centros sociales y organizaciones militantes, que comparten una larga historia de acciones coordinadas a la vez que mantienen su propia identidad y autonomía organizativa.

Tercero, no tiene sentido sentarse a esperar a que se organice la próxima gran manifestación, antes de movilizarnos una y otra vez. Las pequeñas acciones locales, si son hábilmente organizadas, pueden ser igualmente poderosas y eficaces en demostrar nuestra determinación para detener la guerra. No hicieron falta miles de personas para obstruir los planes del ejército americano en Italia: un puñado de personas valerosas y decididas fue todo que hizo falta. Como dice el proverbio africano, «si piensas que eres demasiado pequeño para cambiar algo, prueba a dormir en un cuarto pequeño con un mosquito

PD - mientras escribo, me entero de que, según el ministro del Interior, «el envío del equipo militar de Estados Unidos se completó» con la llegada del último tren a Pisa, y que «la policía logró garantizar al mismo tiempo la seguridad pública y el derecho a manifestarse». Mientras tanto, sin embargo, Il Manifiesto (diario italiano de izquierdas) informa del avistamiento de, por lo menos, 10 aviones «fantasma», transportando personal militar y equipamiento, que han estado haciendo escala por la noche en el aeropuerto civil Romano de Fiumicino, con dirección a Kuwait...

Artículo original:
http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?ItemID=3165


Más información:

- Crónica completa de las movilizaciones contra la guerra en Italia:
http://www.altremappe.org/StopGuerra.htm

- Video Trainstopping - Sabbia nel motore della guerra:
http://www.ngvision.org/mediabase/291

- Fotos de los bloqueos:
http://www2.autistici.org/mediablitz/immagini/stoptraingr/FrameSet.htm

- Entrevista con el secretario general de la CGIL: «Todas las armas se quedarán en tierra»:
http://italy.indymedia.org/news/2003/02/184068.php

- Crónica con enlaces de las acciones (21 de febrero):
http://italy.indymedia.org/news/2003/02/183502.php

- Crónica hora a hora con enlaces de las acciones (24 de febrero):
http://italy.indymedia.org/news/2003/02/185966.php

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