¿Cuál es la diferencia entre una misión de guerra y una de paz?
La
principal está en la legitimación de origen: si se va o no con las
Naciones Unidas. Por definición las misiones de Naciones Unidas, y esto
es algo aceptado por todo el mundo, son misiones de paz. Además de esta
legitimación, el Gobierno pide autorización al Parlamento y busca, por
tanto, el respaldo de los ciudadanos.
¿Cree usted que un
civil afgano sería capaz de distinguir entre la misión de guerra de EE
UU y su Libertad duradera y la misión de paz de la ISAF en la que
participa España?
He estado en el oeste de Afganistán,
que es donde se ubican las tropas españolas, y allí queda clarísimo que
la misión de las Naciones Unidas es doble: la parte militar trata de
asegurar sobre el terreno que la parte civil haga su trabajo en
condiciones. Allí estamos haciendo un hospital, una carretera, un
puente, los propios militares han hecho redes de tendido eléctrico,
canalizaciones de agua, etc. La finalidad de la misión es la
reconstrucción civil del país y eso lo perciben los ciudadanos afganos,
evidentemente.
Después de reconocer que el avispero de
Afganistán se había revuelto y que el peligro ahora es mayor, ¿es
prudente no aumentar el número de soldados en la zona?
BIO Nació
en León en 1960. Casado y con un hijo. Licenciado en Derecho. Ingresó
en la carrera judicial por oposición en 1985. Ha sido portavoz de
Jueces para la Democracia y vocal del CGPJ. Diputado por León en 2004,
fue el primer ministro del Interior del Gobierno de Zapatero.
Nosotros
tenemos el número de efectivos que exige la naturaleza de nuestra parte
de la misión. El número de efectivos no se debe, en ningún caso,
vincular con la seguridad. No por tener más soldados estamos más
seguros. El ejemplo, los británicos: tienen siete veces más efectivos y
han tenido muchísimas bajas.
España lleva en Afganistán desde 2002 y acaba de llegar al Líbano. Aventure una fecha para el regreso de las tropas.
Cuando
pedí autorización para el envío de fuerzas al Líbano ya dije que dentro
de un año someteríamos la misión a una revisión y a una reflexión
política para ver cómo evolucionan las circunstancias. En estos
momentos sería arriesgado adelantar nada sobre Afganistán.
Ha
sido ir usted a ver a Donald Rumsfeld y reactivarse la intención
estadounidense de comprar aviones a CASA. ¿Es una compensación por la
malograda venta de aviones a Venezuela?
Ni siquiera
hablé con Rumsfeld de los contratos de los aviones. Es una cuestión que
ni ha estado ni estará en mi agenda. Yo no me dedico a hacer
operaciones empresariales.
Han ampliado al 9% el cupo de extranjeros
en el Ejército y han subido los sueldos, pero persisten las
dificultades para conseguir el objetivo de 80.000 soldados.
Estamos
corrigiendo la tendencia descendente que nos encontramos al llegar al
Gobierno. Todavía nos queda algo para llegar al número óptimo, pero los
resultados en la recluta de los dos últimos años son buenos.
Dice
usted que el control de la inmigración no es función del Ejército, pero
la propia Directiva de la Defensa Nacional incluye la afluencia masiva
de inmigrantes entre las amenazas a la seguridad nacional...
La
Directiva de Defensa permite que el Ejército ayude a Interior en el
control de los flujos de inmigración ilegal, pero la gestión y la
responsabilidad es de las autoridades civiles del Ministerio del
Interior.
¿Es previsible que haya malestar en el Ejército por la negociación con ETA?
En
el proceso con ETA estamos tratando, como Gobierno, de acabar desde la
Constitución y las leyes con un problema que no se merece este país. Ni
el Ejército ni nadie puede sentirse molesto ni perturbado ni inquieto,
ni nada por el estilo.
Igual se decía del Estatuto de Cataluña y tuvieron que destituir a varios mandos militares.
Hay
que distinguir los episodios que se producen en cualquier colectivo de
las trayectorias de ese colectivo, que en el caso de los militares son
plenamente democráticas y que no merecen quedar empañadas por sucesos
del pasado.
¿El Ejército se lo piensa mucho antes de decidir hacer maniobras en el País Vasco?
Tanto como para hacerlas en Asturias, en Valencia o en Madrid.
¿Hasta cuándo ondeará la bandera española en el castillo de Montjuich?
Es un compromiso del Gobierno. La bandera tiene que seguir en el castillo de Montjuich; es uno de los requisitos de la cesión.
La
futura ley de la carrera militar debería democratizar el acceso a la
oficialidad. ¿Un militar profesional va a poder llegar a general sin
pasar por las academias?
Sí. La ley va a poner énfasis
en tres puntos muy claros. Respecto a la promoción profesional va a
atender más al mérito y a la capacidad que a criterios automáticos como
es la pura antigüedad. Desde el punto de vista de la formación, la que
ya reciben en las academias es buena y queremos mejorarla. Se va a
potenciar, además, la figura de los suboficiales, que son los que están
sobre el terreno con la tropa y la marinería y quienes la mantienen
bien entrenada.
Han dejado para otra ley el catálogo de derechos y deberes de los militares. ¿Estará incluido el derecho de asociación?
No.
La ley orgánica de derechos y libertades no está madura, por lo tanto
no podría anticipar ningún criterio de esa ley. Si se refiere a
cualquier cosa parecida a la sindicación, no, de ningún modo. No va a
haber sindicatos dentro de las Fuerzas Armadas.