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La otra guerra que también recordamos (y denunciamos) este mes: Sudán

Miércoles.24 de mayo de 2023 603 visitas Sin comentarios
Con motivo de las convocatorias mensuales por la Paz en Ucrania. #TITRE

Grup Antimilitarista Tortuga

Este día 24 de mayo se cumple un año y cuatro meses del inicio de la guerra de Ucrania, luctuoso hecho que nos convoca en esta plaza cada día 24 de mes para pedir el final de las acciones bélicas e instar a las partes enfrentadas a resolver sus diferencias mediante el diálogo.

No obstante, como bien sabemos, la de Ucrania no es la única guerra que asola a la humanidad. Queremos aprovechar estas convocatorias para, además de pedir la paz para Ucrania, recordar otros escenarios igualmente destructores de la vida y dignidad humana y la naturaleza.

Hoy vamos a hablar brevemente sobre la guerra de Sudán.

Resulta difícil hablar de un conflicto cuyo último episodio es de origen reciente y vive hoy episodios críticos. Los medios de comunicación nos hablan de una guerra generada a causa de personalismos entre líderes militares. Así las acciones bélicas que estos días asolan Jartún, la capital del país, y otras zonas cercanas no tendrían otra razón que ser que la rivalidad entre el general Abdel Fattah Al-Burhan y los paramilitares islamistas de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) dirigidos por el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti. Burhan y Hemedti fueron antiguos aliados que en 2021 derrocaron, mediante golpe de estado militar, al dictador, también islamista, Omar al-Bashir, que dirigió el país con mano de hierro durante varias décadas.

Más allá de los intereses particulares de estos dos personajes y de las fuerzas locales que cada uno de ellos representa, nada se nos dice en las noticias de la génesis del conflicto y los factores externos que los alimentan.

Sudán es uno de los países de mayor extensión de África y de los más poblados. A pesar de la pobreza endémica de su población, es también uno de los más ricos en materias primas. Su ubicación geográfica es estratégica y de la máxima importancia para los intereses regionales e incluso entre potencias de rango global.

Sudán, antigua colonia británica, es, desde su descolonización, un territorio fraccionado entre su identidad africana y su cultura islámica. Fruto de ello, tras diferentes tensiones sociales y bélicas, se produce en 2011 la división del país en dos estados, convirtiéndose Sudán del Sur en el estado más joven del planeta. No fueron ajenos a esta secesión países como EEUU y la Unión Europea, cuyas empresas a día de hoy explotan los ricos yacimientos petrolíferos del Sudán del Sur que, hoy, como Libia o Iraq, es considerado por la ONU un "estado fallido". Aunque, dadas las diferencias culturales e históricas entre ambas regiones, no parecía muy lógica la opción de un Sudán unitario, llama la atención la prisa que se dan las potencias occidentales en reconocer ciertos nuevos estados, al tiempo que no hacen nada por promover la de otros con idénticas o superiores razones para ello. Véase el caso de Palestina, el Kurdistán o la República Saharahui.

Una vez dividido el país en dos, controladas las riquezas petrolíferas del Sur, estalla una batalla internacional por el control del Norte, rico en oro, y clave para el control estratégico de la zona. Existe una pugna por el control de las instituciones del estado de Sudán entre Rusia, China e Irán, que apoyan a Dagalo, instalado en el poder de la gobernación, y EEUU, Israel, Arabia Saudí y Emiratos Árabes, que apoyan económica y militarmente a Hemedti en su intento por hacerse con el control del país. Estamos, por lo tanto, ante una guerra inducida exteriormente que, como siempre, tiene objetivos económicos y estratégicos no declarados. Mientras tanto es la población la que sufre, muere o es desplazada.

En Sudán, como en Ucrania, es urgente el alto el fuego, el cese de la alimentación del conflicto por instancias externas, la desmilitarización del país, y el inicio de conversaciones de paz entre todos los sectores de la sociedad sudanesa que puedan llevar a aquella región a un estado de paz, justicia y prosperidad para todos sus habitantes.

Por un mundo sin guerras, sin negocio de armas, por un mundo en Paz.

Elx, 24 de mayo de 2023.


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