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La otra guerra que también recordamos (y denunciamos) este mes: Malí

Lunes.24 de abril de 2023 471 visitas Sin comentarios
Con motivo de las convocatorias mensuales por la Paz en Ucrania. #TITRE

Grup Antimilitarista Tortuga

Este día 24 de abril se cumple un año y dos meses del inicio de la guerra de Ucrania, luctuoso hecho que nos convoca en esta plaza cada día 24 de mes para pedir el final de las acciones bélicas e instar a las partes enfrentadas a resolver sus diferencias mediante el diálogo.

No obstante, como bien sabemos, la de Ucrania no es la única guerra que asola a la humanidad. Queremos aprovechar estas convocatorias para, además de pedir la paz para Ucrania, recordar otros escenarios igualmente destructores de la vida y dignidad humana y la naturaleza.

Hoy vamos a hablar brevemente sobre la guerra de Malí.

Este conflicto hunde sus raíces en el proceso de descolonización por parte de la potencia ocupante, que era Francia. El nuevo estado africano aglutinó dos regiones: una, fértil y densamente poblada, al sur, y otra pobre y con pocos habitantes, al norte. La nueva burocracia, corrupta y controlada por el gobierno y las multinacionales franceses postergaron a los territorios del norte, el Azawad, creando un fuerte resquemor.

En 2012, tribus tuareg y árabes del norte, que habían participado en la guerra de Libia y que, tras la caída de Gadafi, habían vuelto a su país cargados de armamento, se ponen en pie de guerra contra el gobierno de Bamako, venciendo al ejército maliense y declarando la independencia del norte, el Azawad. La situación da pie a un golpe de estado y a un gobierno del propio ejército, que pide ayuda a Francia para reconquistar su territorio.

Entre tanto estalla un enfrentamiento en el norte entre los tuaregs, partidarios de un estado nacional-identitario y los árabes vinculados a Al Qaeda, deseosos de instaurar una república islámica basada en la sharia. Son estos últimos quienes se hacen con el poder e implantan una cruel dictadura.

La llegada de tropas francesas en un primer momento, acompañadas, en un segundo, por contingentes de otros países de la Unión Europea (entre ellos España) y de estados vecinos africanos no hace sino acrecentar la violencia y magnificar el conflicto. La guerra se vuelve de morfología asimétrica, alcanzando las regiones del Sur, en las que las tropas norteñas operan mediante ataques sorpresivos y estrategias de coches bomba y guerrilla urbana, dando lugar a una afganización del conflicto. En los últimos años los gobiernos militares malienses optan por un cambio de aliados forzando la salida de las tropas francesas y europeas y fiando la defensa militar de sus intereses a la empresa paramilitar rusa Grupo Wagner.

Cabe decir que la presencia militar tanto europea como rusa y su disputa entre potencias por ocupar ese nicho obedece fundamentalmente a intereses estratégicos en la zona de Azawad, rica en recursos de oro y uranio.

El coste para la población de todo el país es terrible. Hay cientos de miles de muertos. Hasta 400.000 personas se hacinan en campos de desplazados en torno a Bamako. La acción militar tanto de los insurgentes yihadistas del norte, como de las tropas francesas y el propio ejército regular libio y, últimamente, de los contingentes de Wagner, es indiscriminada, siendo habituales los ataques sobre población civil y el uso de la violación como arma de guerra. Hechos que suceden impunemente favorecidos por el desconocimiento de esta guerra, de la que no se habla en los medios de comunicación.

En Malí, como en Ucrania, es urgente el fin del conflicto, de la intervención extranjera, el fin del expolio de sus recursos, de la corrupción y el inicio de conversaciones de paz entre todas las partes en conflicto que, sea en uno o dos estados, puedan alumbrar una nueva sociedad democrática, pacífica y justa.

Por un mundo sin guerras, sin negocio de armas, por un mundo en Paz.

Elx, 24 de abril de 2023.


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