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Y sigue el circo, ahora con nuevo sistema

El subsecretario de guerra García y el mito del 100% de voluntariedad en el servicio militar chileno

El subsecretario de guerra García y el mito del 100% de voluntariedad en el servicio militar chileno

Obligatorio es, obligatorio seguirá. Aunque le metan publicidá

En las últimas semanas una masiva campaña publicitaria ha venido a sacudir el descanso veraniego de los antimilitaristas que se mueven en el estado chileno. Es una convocatoria a presentarse como voluntario/a al servicio militar, con plazo hasta el 28 de febrero. Raro. Nunca antes en estas fechas se había hecho tal campaña ni menos en tales dimensiones. Spots televisivos, jingles pegajosos en la radio, afiches en los medios de transporte y en las paletas callejeras. Todo el día, todos los días.

Desde el año pasado se está ejecutando una «remodelación» del sistema de conscripción. Remodelación cuya promesa era llegar al 100 % de «voluntariedad» en el servicio militar. La nueva ley de Servicio Militar Obligatorio (SMO) 20.045, apuntaba a eso. Para ello barnizaba el proceso de reclutamiento con pintura de «democracia e igualdad». La inscripción sería automática y no un trámite personal ante el cantón. Una vez terminado el periodo de tiempo dado para declararse voluntario en el cantón de reclutamiento, se haría un sorteo para «completar» los cupos para las necesidades de reclutas.

Las declaraciones del ministerio a principios de 2006 apuntaban a que no habría necesidad de realizar ese sorteo, los cupos se llenarían absolutamente con voluntarios. El plazo inicial para declararse voluntario en los cantones (luego de la difusión en un periódico de los números de carné de casi todos los nacidos el año 1988, lo que llamó a confusión a muchos de ellos, que pensaron era el llamado a «presentarse» a cuartel) concluía el 31 de agosto de 2006. La costumbre con el sistema anterior era dejar el trámite de inscripción para el final del proceso, es decir, los últimos días hábiles de septiembre.

Primer indicador del fracaso de la voluntarización:

Para el 31 de agosto se anunciaba que la voluntarización era todo un éxito y que ya habían 10.000 y más voluntarios al SMO. Y que el plazo para declararse como tal voluntario era hasta el último día hábil de septiembre !!!!!. Sin decreto conocido, el reglamento autoimpuesto, el calendario fijado por la Dirección General de Movilización Nacional -DGMN- (organismo del Ministerio de Defensa -Mindef- encargado del reclutamiento) quedaba anulado. Un mes más de plazo para convocar a los «voluntarios». ¿Quienes serían estos «voluntarios» de septiembre?: Los despistados de siempre que aún pensaban que debían inscribirse en el cantón. Aún así, el Mindef debió reconocer que realizaría el sorteo. Vaya!. La «voluntarización» había constatado su primer fracaso: contra sus anuncios de primera hora, el sorteo iba.

Segundo indicador del fracaso de la voluntarización:

En octubre, los primeros días, se realizó el sorteo. La lista de sorteados ( 97.000) era casi tan grande como la publicada en abril con los números de carné de los nacidos en 1988 (144.000). Al poco de publicarse en un periódico (de derecha) la lista de sorteados comenzó una nueva campaña invitando a declarase «voluntario» al SMO. Por otra parte, voceros y funcionarios del Mindef y la DGMN daban a entender que se consideraría «voluntario» a todo aquel que no hiciese expresa declaración de su imposibilidad de realizar el servicio militar. Es decir, para las FFAA y gobierno ahora eran voluntarios no sólo aquellos que decían que «sí», sino aquellos que «no decían que no». La nueva ley de SMO. Daba plazo de un mes para presentar «reclamaciones» para excusarse de realizar el servicio (frente a los 11 meses de plazo para declararse voluntario). Estas reclamaciones no consideran la Objeción de Conciencia y deben presentarse, con documentación, a unas comisiones de acreditación establecidas en todo el país.

Acción insumisa

Ante esto, recordemos, la MAOC (mov. Antimilitarista de objeción de conciencia) realizó una nueva campaña de insumisión presentando reclamaciones colectivas bajo la causal de objeción de conciencia. Estas reclamaciones, como era de esperarse, ni siquiera fueron admitidas. Pero el objetivo de demostrar la falsía del proceso se logró con las acciones directas que acompañaron esas presentaciones en Linares, Osorno, Concepción, Temuco y Santiago.

El Servicio Militar seguiría nutriéndose de la pobreza y la marginalidad ¿qué excusa documentada podrían presentar los desertores escolares y cesantes crónicos? Mientras, aún ciertas oenegés y juventudes políticas sumidas en la borrachera bacheletista seguían embobados por la promesa de una ley de objeción de conciencia redactada en las oficinas del Estado mayor de la defensa nacional (una OC que no se puede ejercer en caso de guerra, que no puede ser sobrevenida, que debe ser documentada, que debe ser reconocida por una comisión de reclutamiento y que, finalmente, debes pagar con servicio alternativo a cargo del... Mindef).

La insumisión MAOC rechazaba la ley, el SMO y el militarismo, con acciones directas y colocándose nuevamente en la desobediencia civil. Nuevamente, más de una veintena de insumises pasaban a la ilegalidad mientras el Mindef asumía el silencio.

Las fantasías del subsecretario de guerra

Estos días el subsecretario de guerra del Mindef, Gonzalo García, habla de que la nueva ley de SMO «ya es un éxito» y entrega cifras destinadas a confundir. Habla de 40.000 voluntarios (39.336) para 15.000 cupos (15.270). De esas «exitosas» cifras totales colocaremos a un lado las del servicio militar femenino, que se realiza en el ejército y que tiene un enfoque y presupuesto publicitario distinto al masculino. En el caso del servicio militar femenino habrá 8.200 voluntarias para 1050 cupos. En este caso se deben basar las palabras del subsecretario de guerra. O en el del servicio militar en la fuerza aérea: 3911 «voluntarios» para 600 cupos, una proporción de 6,5 a 1. En la armada (infantería de marina) la relación es 3 a 1 (3.300 a 1.000 aprox.). En el ejército la situación según García es: 23.852 para los 12.600 cupos, aquí la relación cae a menos de 2 a 1 por cupo. De esos casi 24.000 al menos 2.000 son gente que fue sorteada y finalmente cayó en la «voluntariedad». Con proporciones de 3 a 1 y 2 a 1 es imposible sostener que habrá un 100 % o un 90 % de «voluntarios».

Constatamos un fracaso en la «voluntarización» masculina del SMO. Para tapar esto apuntan a fortalecer la convocatoria femenina. En eso han tenido un éxito relativo, conveniente al feminismo institucional de la igualdad. En cuanto al Ejército el fracaso es total. Para lograr ese índice de voluntariedad (2:1) ha debido no sólo forzar campañas, modificar discursos, sino también bajar sus requerimientos. Hace dos años 15.000 personas sufrían el SMO en el Ejercito. Hoy son menos de 13.000. Con todo no lograron convencer, seducir o engañar a un número suficiente de jóvenes que tomaron nota de la propuesta insumisa, pero sobre todo de la Matanza de Antuco.

No logró la DGMN, ni el Mindef, ni el Ejército concretar sus anuncios de total voluntariedad para agosto, ni en el auto-aplazamiento de septiembre. Ni en octubre cuando convirtieron a quienes nos negábamos a todo (por las razones que fueren) en «voluntarios» de oficio -¿no dijeron que no? Eso significa si-. Ni en diciembre, y ahora en febrero, al momento de los exámenes físicos para el ejército (fuerza aérea y armada corren con tiempos distintos) se lanza una campaña desproporcionada para captar a quien ya no se interesa en eso: la mayor parte de los jóvenes chilenos (los «voluntarios» no alcanzan al 24 por ciento de los jóvenes nacidos en 1988 -sin considerar el uso de los disponibles de 1987).

Llegará marzo con obligados sin maquillaje, y buena parte del resto «voluntarizados» por la pobreza y la falta de perspectivas.

Ante lo cual el MAOC sigue llamando a la insumisión, a la desobediencia civil, a la resistencia absoluta noviolenta al militarismo y a la no-colaboración con las FFAA.

  • 13 de febrero de 2007 20:22, por Estilo

    Cuestión de estilo: En Insumissia nunca ponemos los titulares con mayúsculas (en Internet se considera que eso es «gritar»). Además, los titulares tampoco llevan punto y final, y mucho menos separado de la palabra. Poco a poco. De todas formas muy buen artículo.

    • 14 de febrero de 2007 04:51

      poco a poco se irá cambiando el estilo, o viceversa

      • 14 de febrero de 2007 15:44, por carvallo

        una corrección: según el INE (instituto nacional de estadísticas) los conscriptos en 2005 sumaban 18.000 aprox. Es decir, la baja en cuanto a cupos a llenar es mayor que la que se expone en el escrito.

        pelao carvallo

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