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Lo pactado con criminales de guerra permitirá a Karzai continuar con los planes de la administración estadounidense.

Afganistan: la mitad de los candidatos electos serán ex señores de la guerra o antiguos líderes tribales

Afganistan: la mitad de los candidatos electos serán ex señores de la guerra o antiguos líderes tribales

Tras cerca de dos meses concluye el escrutinio de votos en Afganistan

Merced a la manga ancha de la OTAN y la ONU y a la corrupción generalizada del proceso, que incluso ha llevado a la dimisión de 50 miembros de la comisión electoral, un nuevo objetivo de la administración americana se ha cubierto: la proporción de los criminales de guerra en la Wolesi Jirga les permitirá impedir su procesamiento ante los tribunales, al tiempo que queda así garantizado el respaldo al gobierno prefabricado de Hamid Karzai, y se asegura el tránsito de los recursos energéticos de la zona a través de suelo afgano. [1]

Las Fuerzas Armadas españolas aportan su contribución a todo ello. Pero no vigilarán el aeropuerto de Kabul, ante el riesgo de averiguar si parten también de allí aviones fletados por la CIA con prisioneros secretos camino de carceles secretas, previa escala secreta en aeropuertos españoles, y eso manche su supuesta humanitaria imagen intencionadamente nada secreta.

Corresponsales

Los resultados de las elecciones afganas indican que los simpatizantes de Karzai son mayoría

Sin embargo, la mitad de los candidatos electos podrían ser ex señores de la guerra o antiguos líderes tribales

KABUL, 12 (EP/AP)
Los simpatizantes del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, parecen haber obtenido la mayoría de los escaños que estaban en juego en las elecciones legislativas celebradas en el país el pasado mes de septiembre, según aseguraron observadores internacionales, después de que se conocieran hoy los resultados finales de los comicios, después de semanas de ralentización debido a las acusaciones de fraude.

Cerca de 12,5 millones de afganos acudieron a las urnas el pasado 18 de septiembre para elegir a los 249 miembros de la Wolesi Jirga y a los 420 de los Consejos Provinciales. Estos comicios fueron la culminación del proceso de construcción de un Estado democrático que se inició con los acuerdos de Bonn de diciembre de 2001.

Sin embargo, su legitimidad se vio puesta en duda debido a acusaciones generalizadas de fraude, que llevaron a la dimisión de 50 miembros del equipo electoral, y a los temores de que más de la mitad de los ganadores son simpatizantes con el anterior régimen o antiguos señores de la guerra.

TRIUNFO INDEPENDIENTE

Casi la mitad de los candidatos que han obtenido un escaño se presentaron como independientes, lo que dificulta determinar la manera en que se organizará el poder en la próxima legislatura. Sin embargo, los observadores indicaron que los aliados del Gobierno de Karzai, que cuenta con el respaldo de Estados Unidos, controlan la mayoría de los 249.

«El Gobierno tiene el apoyo de más del 50 por ciento del Parlamento», afirmó hoy un respetado analista político. «Hay algunos pequeños grupos de oposición, pero nada lo suficiente mente grande como para desafiar a Karzai», agregó.

Una diplomática occidental en Kabul aseguró que los rivales de Karzai se encuentran divididos en diferentes facciones y no suponen una seria amenaza. «Nuestros informes de inteligencia nos dicen que la gente de Karzai tienen una escasa mayoría», sostuvo, desde el anonimato.

«Tenemos ahora la certificación completa de todos los resultados finales. El día de hoy marca un importante hito en la transición de Afganistán hacia una democracia estable y fuerte», aseguró el presidente del Organismo Conjunto de Gestión Electoral (JEMB, en sus siglas en inglés), Bissmillah Bissmil, en un comunicado.

PAPEL DE LA MUJER

El papel de la mujer en la sociedad afgana ha recibido un fuerte impulso en estas elecciones, ya que el Gobierno, a través de una nueva ley electoral, optó por reservar el 25% de los escaños en la Wolesi Jirga —la futura Cámara Baja de la Asamblea Nacional afgana— y en los Consejos Provinciales a mujeres, para garantizar que éstas están debidamente representadas.

Así, en virtud de la ley, del total de 249 escaños que compondrán la Wolesi Jirga, 68 serán ocupados por mujeres, mientras que en el caso de los Consejos Provinciales, que totalizan 420 escaños entre las 34 provincias que componen Afganistán, 124 estarán ocupados por mujeres.

«Las mujeres en el Parlamento serán una voz para la mitad de este país que ha permanecido en silencio durante tanto tiempo», aseguró una candidata independiente que ha obtenido un escaño, Safia Siddigi, desde la ciudad de Jalalabad, en el este del país, a Associated Press.

Mientras, más de la mitad de los hombres que se presentaron a los comicios fueron señores de la guerra o líderes regiones del anterior régimen, tales como Abdul Rasul Sayyaf, que dirigió una poderosa milicia acusada de crímenes de guerra por Human Rights Watch, aseguró el vicepresidente de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, Ahmad Fahim Hakim.

Hakim advirtió de que estos hombres posiblemente bloquearán los intentos de llevar ante la justicia a los responsables de las atrocidades del pasado, así como los esfuerzos para promover reformas importantes, incluyendo una mayor igualdad para los mujeres.

En la lista de ganadores también aparecen al menos dos antiguos líderes talibán, a los que se permitió presentarse a los comicios con el interés de promover la reconciliación.

Uno de ellos es un ex gobernador regional que supervisó la destrucción de dos estatuas budistas de 1.500 años de antigüedad durante el reinado de los fundamentalistas, mientras que el otro es Abdul Salaam Rocketi, un antiguo comandante de primera línea.

«La democracia es buena para Afganistán», indicó Rocketi. «Hay buenos talibán y malos talibán. Apoyo a Karzai porque está trayendo la prosperidad», agregó.

Muchos afganos esperaban que las elecciones reforzaran la naciente democracia de Afganistán y la marginación de los rebeldes talibán, pero hasta el momento no se ha apreciado una reducción de la violencia, que ha acabado con la vida de unas 1.500 personas este año.

LLAMAMIENTO DE KARZAI

El presidente Karzai pidió hoy a los extremistas que abandonen las armas, durante una reunión de líderes gubernamentales y jefes de seguridad llegados de todas las regiones del país, con el fin de discutir formas para acabar con la creciente violencia.

«Deseamos que todos nuestros compatriotas se unan a este programa (de reconciliación) para que renuncien a la destrucción de su país y participen en su reconstrucción», afirmó.

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[1La alternativa del gasoducto transafgano

En la década de los setenta, los geólogos de la URSS calcularon que Afganistán poseía unas reservas de 95 millones de barriles de crudo y de cinco billones de metros cúbicos de gas. Estos recursos son muy inferiores a los de otros países vecinos, como Irán, Turkmenistán, Kazajstán y Uzbekistán. Sin embargo, desde el punto de vista energético, Afganistán presenta un indudable valor estratégico: es la única alternativa para evitar Irán a la hora de conectar el petróleo y el gas de la ribera oriental del Caspio con el océano Índico y, en definitiva, con los mercados internacionales.

Con esta idea en la cabeza, la petrolera norteamericana Unocal inició a mediados de los noventa un proyecto para la construcción de un gasoducto que debía unir los ricos campos de Turkmenistán con Pakistán. Diversos analistas han mantenido la tesis de que la diplomacia de Washington apoyó a la milicia talibán en su toma del poder en 1996 con el propósito de favorecer sus intereses geoestratégicos y los económicos de Unocal, que veía en el movimiento islamista una garantía de orden y seguridad. En cualquier caso, la iniciativa de la petrolera quedó bruscamente interrumpida en 1998, cuando EE UU atacó las bases de Al Qaeda en Afganistán como respuesta a la destrucción de sus embajadas en Kenia y Tanzania.

Tras la caída del régimen de los talibanes a finales de 2001, el nuevo Gobierno afgano, presidido por Hamid Karzai, ex asesor de Unocal, inició en 2002 una ronda de conversaciones con los de Pakistán y Turkmenistán con el objetivo de reactivar el proyecto. Tras diversas vicisitudes, a finales de dicho año los tres países firmaron un acuerdo para la construcción del denominado gasoducto transafgano. Con una capacidad de hasta 30.000 metros cúbicos por año, una longitud de 1.600 kilómetros y un coste de 3.500 millones de dólares, la obra se prolongaría por espacio de tres años. Los Gobiernos firmantes del acuerdo han invitado a la India a unirse el proyecto, lo que puede significar la construcción de un nuevo ramal hasta Nueva Delhi, aunque por el momento este país ha declinado la oferta.

A finales de 2003, un estudio financiado por el Banco para el Desarrollo de Asia concluía que el proyecto resultaba viable tanto desde el punto de vista técnico como económico, por lo que el mismo podía entrar en fase de licitación y ejecución este mismo año. La cuestión es si las compañías están dispuestas a asumir el altísimo riesgo que supone trabajar en la región. Significativamente, ninguna de las superpetroleras occidentales ha explicitado todavía su interés. La amarga pesadilla de los sabotajes en Irak puede estar pesando como una losa.

Fuente: El País
Fecha: 01/02/2004

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