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Maria J. Stephan: «La gente siria que conozco se siente sola y abandonada por todo el mundo»

Por qué el apoyo al activismo noviolento en Siria es clave para acabar con la guerra

Por qué el apoyo al activismo noviolento en Siria es clave para acabar con la guerra

Maria J. Stephan, 21 de abril de 2017

Publicación original en inglés en ‘Waging Nonviolence’

Los debates sobre la moralidad, legalidad y eficacia estratégica de los ataques estadounidenses con misiles en Siria predominarán en las noticias en el futuro inmediato. Es posible entender que a tanta gente, en particular a tantos sirios, le gustaría ver a un régimen, que reiteradamente ha atacado (1) a su población con sarín y gas cloro, bombas de barril y tácticas de asedio e inanición, ser castigado por sus acciones. La gente siria que conozco se siente sola y abandonada por todo el mundo. Han visto a los EE.UU. y sus aliados occidentales y árabes emprender acciones diplomáticas y militares contundentes contra el autoproclamado Estado Islámico, o ISIS, sin embargo la violencia auspiciada (2) por el régimen ha sido la responsable de la inmensa mayoría de las cerca de 500.000 muertes de civiles en Siria desde 2011.

No importa dónde una se sitúe en la cuestión de la intervención militar —aunque hay razones legítimas para dudar de la efectividad de la fuerza aérea (3) para detener o debilitar la máquina de matar de Bashar al Assad— pero debería ser posible ponerse de acuerdo en una cosa: No habrá final de la guerra civil en Siria sin la participación constante y activa de los activistas sirios, agentes de la paz y cooperantes humanitarios; dentro del país, en la región circundante y dispersos en la diáspora.

Estas personas y grupos, que funcionan bajo las condiciones más difíciles imaginables, construyen y mantienen sistemas sanitarios y educativos, protegiendo a los civiles de la violencia y el extremismo procedente de diversas partes, organizándose para incrementar la participación de la comunidad en el proceso de pacificación, y tratando de imaginar y reconstruir un futuro alternativo. Se incluyen grupos como los Cascos Blancos (4), Violations Documentation Center (5), the Karam Foundation (6), Citizens for Syria (7) Syria Deeply (8), Project Amal ou Salam (9), the Center for Civil Society and Democracy in Syria (10), the Syrian Civil Society Platform (11), Raqqa is Being Slaughtered Silently (12), Khadraa Organization (13), Syrian Expatriate Medical Association, Violet Organization (14), the Syrian Emergency Task Force y Women Now for Development. Estas organizaciones están creando las resilencias, el capital social y la infraestructura cívica sobre la que una futura paz habrá de descansar.

Tras seis años de una guerra civil, cuyas consecuencias humanitarias y geopolíticas han sido devastadoras, es fácil olvidar que la Revolución siria comenzó de manera noviolenta. En marzo de 2011, después de que un grupo de muchachos de la provincia de Dara (cerca de la frontera jordana) hicieran una pintada invocando la caída del régimen asadista. La policía local los torturó y maltrató a sus familias. Como respuesta las movilizaciones estallaron en Dara y a lo largo y ancho del país. Muchos llamamientos moderados a terminar con la impunidad y la corrupción del régimen dieron paso rápidamente a las exigencias sobre la renuncia del clan Assad.

Inspirada por las revueltas de la Primavera Árabe en Túnez y Egipto, la población siria estaba dispuesta a liberarse de las cadenas de la dictadura de la familia Assad. Los primeros ocho meses de la revolución (15) estuvieron dominados por marchas masivas, protestas callejeras con bailes festivos, espectáculos de marionetas que dramatizaban la corrupción y la represión del régimen, sentadas encabezadas por abogados y estudiantes, y tintura roja echada a las fuentes para representar el derramamiento de sangre del régimen asadista —estos eran elementos característicos de la resistencia noviolenta. Durante esta fase de la lucha, aunque la mayoría de los manifestantes eran suníes, miembros de los grupos minoritarios, incluidos cristianos, kurdos, drusos y alauíes (una ramificación del Chiismo y la secta de la gobernante familia Assad) se manifestaron en números proporcionalmente elevados.

Una red descentralizada de Comités de Coordinación Local rápidamente arraigó en el interior de Siria y asumió la responsabilidad de la organización de protestas y manifestaciones. Más tarde, se establecieron los Consejos Locales, que se centraron en representación ciudadana y la prestación de servicios. Finalmente, a medida que la violencia del régimen se intensificaba y la oposición iba optando cada vez más por la resistencia armada, formando el Ejército Libre de Siria y otras milicias, las estructuras civiles comenzaron a centrarse progresivamente en la administración local y las operaciones humanitarias.

Ha habido múltiples análisis (16) sobre por qué la resistencia noviolenta en Siria no logró alcanzar su objetivo final —el derrocamiento del régimen de Assad— antes del comienzo de la guerra civil. A pesar de que históricamente las campañas noviolentas han sido dos veces más efectivas (17) que las campañas violentas al hacer caer gobiernos centrales, Siria ha sido una dura prueba para para la resistencia noviolenta. La familia Assad ha gobernado con puño de hierro durante décadas; la sociedad civil siria era terriblemente débil cuando la revolución empezó en 2011, con muy pocas o ninguna organización civil realmente independiente (incluyendo organizaciones sindicales y de clase); las fuerzas de seguridad sirias estaban fuertemente sectarizadas; y la región se hallaba sumida en una lucha de poder entre suníes y chiíes.

Cuando la revuelta noviolenta empezó, Bashar al-Assad dispuso la utilización de violencia letal contra los manifestantes pacíficos y empleó sicarios armados, llamados “sabinha”, para asesinar a gente durante las manifestaciones. El Ejército Electrónico Sirio y las fuerzas de seguridad del régimen rastrearon, arrestaron, torturaron y asesinaron de manera infame a miles de los mejores organizadores y activistas noviolentos. Posteriormente, los ataques de mortero y los bombardeos del Ejército sirio resultaron devastadores para la resistencia noviolenta.

En definitiva, el tiempo no ha jugado a favor de la resistencia civil. Los datos muestran que una campaña noviolenta tarda unos tres años de media en desarrollarse (18). En Siria, la resistencia noviolenta tuvo menos de un año antes de que una combinación de la brutal violencia del régimen, y el giro hacia la insurgencia armada de los integrantes de la oposición, desembocó en una enorme exacerbación de la violencia y el agudo incremento de las muertes de civiles. Sencillamente no hubo tiempo suficiente para establecer lazos de confianza entre los grupos opositores, aprender de los errores, construir una base organizativa flexible, y desligar a los grupos sociales fundamentales —como la élite empresarial suní— del régimen.

Protesta contra el régimen de Asad en el distrito de Atarib de Alepo, Siria, el 20 de enero de 2017 (Anadolu Agency)

Los activistas noviolentos sirios han reconocido sus fallos en la planificación de una estrategia de resistencia a largo plazo (más allá de unas cuantas semanas o meses) y en la unión en torno a objetivos y liderazgos. Mientras tanto, gobiernos foráneos y otras fuentes de ayuda subestimaron manifiestamente la fortaleza del régimen de Assad (los políticos influyentes pensaron que el régimen caería en cuestión de meses) y su apoyo a la oposición noviolenta fue por desgracia lento e insuficiente.

Con la intensificación de la violencia, la participación de las sectas minoritarias en la resistencia cayó significativamente, mientras la máquina de propaganda del régimen asadista la retrataba como compuesta por terroristas suníes respaldados desde el extranjero. Con el tiempo, los grupos terroristas como Al Qaeda, Frente Al Nusra e ISIS llenaron el vacío político en las zonas controladas por los rebeldes, y los activistas sirios no violentos se vieron obligados a resistir la violencia y el extremismo (18), tanto del régimen como de los grupos armados de oposición.

Es difícil ser optimista acerca de la situación en Siria. Las guerras civiles acontecidas desde 1945 han durado una media de 10 años (19). Es posible que la guerra de Siria, que se ha transformado en una guerra regional y mundial indirecta (por delegación) continúe por más tiempo. La literatura sobre las guerras civiles menciona la importancia de un punto muerto (20), un estancamiento perjudicial para las partes, donde ninguna de ellas pueda vencer sin sufrir pérdidas excesivas, y donde todas las partes salen dañadas de una continuación de los combates, para su resolución exitosa.

En el caso de Siria, es difícil imaginar el final de la guerra civil sin un acuerdo regional que involucre a esos países —Irán, Arabia Saudita, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Qatar— que están respaldando a diversas facciones en la guerra civil. Luego, por desgracia, es necesario el compromiso de Rusia y EE.UU. Los acuerdos de paz, cuando se alcanzan, normalmente sólo prosperan cuando los garantizan sobre el terreno las fuerzas de paz. En el caso de Siria, una misión como ésta sería muy ardua de montar.

Aun así, las guerras civiles siempre terminan, ya sea en Irlanda del Norte, los Balcanes, Liberia, Guatemala, Mozambique o, más recientemente, en Colombia. En cada uno de estos casos, una combinación del agotamiento por la guerra, la movilización social constante y la presión sobre los grupos armados estatales y no estatales fueron ingredientes decisivos en la finalización del conflicto armado. La presión organizada de las mujeres y los líderes religiosos, particularmente, contribuyeron a acelerar el camino hacia la paz en cada uno de estos lugares. Pray the Devil Back to Hell (“Ruega para que el diablo vuelva al infierno”) es un film (21) sobre el papel jugado por las mujeres de Liberia en el final de la guerra civil de aquel país (a través la presión noviolenta sostenida y la impetuosa no cooperación con el statu quo) que ha sido visto por mucha gente de Siria.

Mi predicción es que una dinámica similar se desarrollará en Siria. Por esta razón, las organizaciones noviolentas sirias, que están luchando para mantener a la gente con vida al mismo tiempo que construyen una fuerza contraria a la violencia, la tiranía y el extremismo, merecen un fuerte apoyo exterior. Estos grupos están creando “círculos de paz” (22) dirigidos por mujeres dentro de Siria, informando de las atrocidades cometidas por distintas facciones armadas (23), proporcionando educación y ayudando a la curación de sus traumas a los niños refugiados (24), desafiando al ISIS y otros grupos extremistas (25) y planificando los elementos de un eventual transición (26).

Las voces de estas luchadoras noviolentas debe ser amplificada en los medios de comunicación, sus muy limitados presupuestos deben recibir aportaciones suficientes para varios años, y deben sentir la solidaridad internacional. Los donantes de ayuda deben prestar mayor atención al apoyar la movilización comunitaria encabezada por la población siria en lugares que, o bien están bajo el control de los grupos extremistas, o amenazados por ellos. Por ejemplo, en la ciudad de Idlib, un reciente proceso organizativo comunitario noviolento, ha forzado la retirada del grupo extremista Jaish al-Islam. Esto es crucial para debilitar la tenaza del extremismo violento en las comunidades locales y ofrecer una alternativa a la gente de Siria. Los esfuerzos de estos grupos cívicos, junto con los esfuerzos diplomáticos del pueblo sirio y los demás actores internacionales a través de todo el espectro político e ideológico, algún día llevarán la guerra a su final.

REFERENCIAS Y ENLACES:

(1) “How Is Syria Still Using Chemical Weapons?” https://www.theatlantic.com/interna...
(2) “Islamic State has killed many Syrians, but Assad’s forces have killed more” https://www.washingtonpost.com/worl...
(3) “What effect will Trump’s airstrikes really have?” https://www.brookings.edu/blog/mark...
(4) Los Cascos Blancos
https://www.whitehelmets.org/en
(5) Centro de Documentación de Violaciones de Siria
http://vdc-sy.net/en/
(6) Fundación Karam
https://www.karamfoundation.org/
(7) Ciudadanos por Siria
https://citizensforsyria.org/
(8) Siria a fondo
https://www.newsdeeply.com/syria
(9) Proyecto Amal ou Salam
http://projectamalousalam.org/
(10) Centro por la Sociedad Civil y la Democracia
http://ccsdsyria.org/
(11) Plataforma de la Sociedad Civil Siria
https://www.inclusivesecurity.org/w...
(12) Raqa es sacrificada lentamente
http://www.raqqa-sl.com/en/
(13) Asociación Khadraa
https://www.facebook.com/khadraa.idleb/
(14) Asociación Violeta
https://www.facebook.com/org.violet/
(15) “The Syrian resistance: a tale of two struggles”, Part 2
https://www.opendemocracy.net/civil...
(16) “Why Civil Resistance Works”
https://cup.columbia.edu/book/why-c...
“Por qué la noviolencia funciona” (reseña)
http://www.utopiacontagiosa.org/201...
(17) “People are in the streets protesting Donald Trump. But when does protest actually work?”
https://www.washingtonpost.com/news...
(18) “From Assad to ISIS, a tale of Syrian resistance”
https://wagingnonviolence.org/featu...
“De Assad a ISIS, una crónica de la resistencia noviolenta siria”
http://www.antimilitaristas.org/spi...
(19) “The Four Things We Know About How Civil Wars End (And What this Tells Us About Syria)”
https://pomeps.org/2014/02/12/the-f...
(20) “Hurting Stalemate Stage”
http://www.beyondintractability.org...
(21) “Pray the Devil Back to Hell”
http://www.forkfilms.net/pray-the-d...
(22) “Syrian Women Working for Peace and Political Action”
http://www.passblue.com/2014/10/21/...
(23) Syrian Justice and Accountability Center
https://www.insightonconflict.org/c...
(24) Project Amal ou Salam: “Diary of a Syrian”
http://projectamalousalam.org/diary...
(25) “A courageous Syrian collective challenges both ISIS and Assad in Raqqa”
https://wagingnonviolence.org/2016/...
“Un valeroso colectivo sirio que desafía tanto al Daesh como a Assad en Raqqa”
http://mocvalencia.org/ca/content/u...
(26) “The Day After Project”
http://thedayafter-sy.org/

Traducción: Antimilitaristes - MOC València

Alternativa Antimilitarista - Moc
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