casco insumissia fusil roto
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Ébola, un virus militarizado

Ébola, un virus militarizado

El número de muertos por el ébola en Guinea, Sierra Leona y Liberia supera ya las 5.000 personas, indicó el jefe de la Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia al Ébola (UNMEER). “Los países más golpeados por la epidemia y que pasan apuros para contener su contagio afrontan un nuevo desafío, ya que los expertos predicen que más de un millón de personas en la región necesitan asistencia alimentaria”, dijo Elver en un comunicado de prensa.

Entendemos, como expone ecologistas en acción, que ésta es una más de las consecuencias del orden mundial, impuesto por el poder financiero, donde el reparto de los recursos, desigual e injusto, impide el desarrollo en muchos países, que se convierten en focos de enfermedades por exclusiones y carencias básicas, alentando focos de terrorismo.

La supuesta respuesta al desarrollo del Ébola en el continente africano con el envío de tropas militares es un ejemplo más de militarización entendida como ideología que atribuye a los militares una función y una posición predominante en la sociedad para su funcionamiento; es la exaltación y primacía de los valores y modelos de comportamiento militar sobre los civiles: autoridad, disciplina, orden jerárquico, obediencia, homogeneización del pensamiento, mitificación del uso de la fuerza para la resolución de los conflictos.

Como plantea Jordi Calvo, “En una crisis que empezó en marzo y que en agosto fue declarada por la Organización Mundial de la Salud como una emergencia de salud pública internacional, sobre el terreno una sola ONG (MSF) se tiene que hacer cargo del 60% de las camas existentes para atender a los pacientes de ébola. Para cubrir las necesidades actuales harían falta cuatro veces más de recursos sanitarios”. Y se mandan soldados...que además se plantea que su tarea sea la construcción... por ello nos preguntamos ¿son estas personas ,capacitadas para matar, la gente que tiene que estar en África respondiendo a esta emergencia?, ¿a qué intereses de EE.UU. responde en el continente africano?.

Los ejércitos tienen una función nuclear que es la defensa de los intereses de las personas más ricas y por tanto de sus trasnacionales ubicadas en el mundo y así ser apoyo logístico a las prácticas extractivistas de expolio de los recursos naturales, necesarios para mantener este modelo de desarrollo capitalista, a costa de la destrucción de la vida humana y del planeta.

Así se concreta en África también.

Por parte de los gobiernos se detraen recursos de dedicación a salud, educación, servicios sociales, vivienda...es decir para la satisfacción de necesidades básicas y se destinan a gasto militar, entre lo que se incluyen los envíos de tropas en “misiones exteriores humanitarias”, que no son más que un maquillaje de los verdaderos intereses que defienden los ejércitos. Esa situación de robo de recursos para la verdadera seguridad humana prepara un contexto social precario y mucho más vulnerable para que todo tipo de situaciones que se podrían afrontar de mejor manera se debiliten y se dé finalmente una respuesta militarizada. En resumen, se ataca a la población desde la violencia estructural, creando las víctimas y después ofreciendo la salvación, donde siempre gana el negocio de la guerra. Son pirómanos bomberos que se maquillan de función humanitaria.

Por tanto, enviar un contingente de 3.000 soldados no es la solución, sino simple propaganda de EE.UU., que solo sabe emplear la fuerza militar, en la que invierte gran cantidad de recursos, para resolver conflictos y emergencias. No es de recibo que se manden tropas a combatir una epidemia: en las zonas afectadas se necesitan materiales y recursos humanos, pero no armas ni ejércitos.

Mandar tropa militar para supuestamente, según Obama, «erradicar el ébola y construir instalaciones donde tratar a los enfermos», genera en lo económico mayor gasto e insostenibilidad, en lo social una militarización y legitimación de los ejércitos, culturalmente un apoyo a la violencia como vía de resolución de conflictos y políticamente un desvío de atención de las verdaderas causas de estas realidades de injusticia y violencia estructural. En conclusión, más miseria, más represión, más maquillaje, más dinero para la economía de guerra...más mantenimiento de este orden injusto y violento.

Las diferentes organizaciones antimilitaristas y noviolentas tenemos que seguir defendiendo otra forma de hacer política, otro paradigma de seguridad humana y de atender a las situaciones de emergencia sanitaria, como son la inversión prioritaria en solidaridad y restitución internacionalista, en vez de poder armamentístico, el empleo civil y no militar, y denunciar la complicidad entre saqueo y militarización. Continuar exigiendo el desmantelamiento de las bases militares en nuestros territorios y propugnando la resolución no violenta de los conflictos; además de acabar con la situación de violencia estructural que es ya una guerra mundial con más víctimas que cualquiera de las anteriores.

El ébola, es una excusa más para seguir militarizando África y para desplegar más tropas militares en las diferentes zonas de expolio del continente, para defender los intereses de los más ricos a costa del empobrecimiento y la muerte de las mayorías de la población. Un virus que mata más que el ébola, la militarización. Vacunémonos de las mentiras y desvelemos las verdades.

Koldobi Velasco

Publicado en El fusil roto, Diciembre 2014, No. 101

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