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Milan Rai, Peace News Nº 2522.

No tendrás un sí por respuesta.

No tendrás un sí por respuesta.

Estados Unidos rechaza la última oferta iraní mientras el Sur Global se afirma.

La ONU sigue sumergida en el agravio comparativo permanente. Mientras el ataque a la Flotilla de la Libertad y el asedio a Gaza por parte de Israel queda impune, esta semana se apresuró a aprobar nuevas sanciones contra Irán, cuando, según se entiende del siguiente artículo, los Estados Unidos son responsables de que se mantenga la llama encendida de un nuevo conflicto internacional de gran envergadura del que las principales víctimas volverán a ser quienes menos responsabilidad tienen en el mismo.

El presidente americano Barack Obama ha rechazado nuevas concesiones de Irán sobre su programa nuclear. En su lugar demanda un endurecimiento de las sanciones financieras y económicas, lo que hace aumentar los temores de una confrontación. Esta es la cuarta gran iniciativa de paz iraní desde el 2003; todas ellas han sido rechazadas por los Estados Unidos.

El último avance vino en relación con la cantidad de uranio empobrecido poseído por Irán, el producto para ntrovertido programa de enriquecimiento de uranio.
En Octubre, la cabeza visible de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Mohamed El Baradei, propuso el intercambio de los 1.200 Kgs. de uranio empobrecido iraní por combustible para el Teheran Research Reactor(TRR), una instalación medica suministrada por los Estados Unidos en 1967.
Este combustible sería usado para producir isótopos médicos usados en el diagnóstico del cáncer. Estos isótopos son caros y pierden sus propiedades en el transporte, por lo que es mejor producirlos cerca de los hospitales que los usan en pequeñas cantidades.
La ventaja de este intercambio para Irán sería que podría producir isótopos médicos en el TRR, antes de que el combustible del que dispone se agotara (en un año), ahorrándose millones de dólares.
La ventaja para el mundo sería que una gran cantidad de uranio empobrecido que podría teóricamente ser enriquecido para la fabricación de armas nucleares, desaparecería, reduciendo las oportunidades de Irán para estallar y desarrollar la bomba nuclear.
Irán estaba reacio y rechazó tres exigencias de Estados Unidos: el uranio empobrecido debería ser sacado en un cargamento; el intercambio tendría lugar fuera de Irán; y habría una demora de doce meses antes de que el nuevo combustible fuera entregado a Irán.
El fracaso de esta iniciativa fue usado por la administración de Obama para justificar nuevas sanciones contra el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Repentinamente todo cambió.

Sur-Sur.

El 17 de Mayo, después de unos pocos meses esquivando a los “grandes poderes” y frente al escepticismo de los Estados Unidos, Turquía y Brasil llevaron a cabo un golpe diplomático, alcanzando un acuerdo con Irán sobre el intercambio de combustible para el TRR.
Según el acuerdo, Irán depositará 1.200 Kgs. de uranio empobrecido en Turquía y recibirá 120 Kgs. de combustible para el TRR a cambio, en menos de 12 meses.
La administración Obama, lejos de alabar a Turquía y Brasil, aceleró sus intentos para poner en marcha una nueva ronda de sanciones de las Naciones Unidas y dejó ver su desprecio hacia el nuevo acuerdo al no comprometer a Irán en la suspensión del enriquecimiento de uranio por parte de Irán.
Pero fue Estados Unidos quien lanzó la idea de un intercambio de combustible para el TRR separado del tema del enriquecimiento, en Octubre de 2009. Un alto cargo de la Casa Blanca declaró entonces al New York Times que la oferta “pretendía explorar la posición de Irán acerca de su voluntad de negociar una salida a este problema” (21 de Octubre).

Ahora que Irán ha dado una clara muestra de que quiere negociar su salida a este problema, los Estados Unidos dicen que el acuerdo del TRR no tiene importancia sin la suspensión del enriquecimiento de uranio. Los límites se han esfumado.
El experto iraní Trita Parsi observó que el “repentino cambio de Washington” fue particularmente sorprendente porque las tres objeciones que Irán puso contra el acuerdo del TRR fueron retiradas: “Irán estaba de acuerdo en los términos que Estados Unidos insistía”.
Los antiguos dirigentes norteamericanos Flynt Leverett y Hillary Mann Leverett observaron: “La administración Obama es la única responsable de esta situación porque se ha acercado y se acerca a esta cuestión con mucho orgullo digno de George W. Bush”.
Los Leveretts añadieron: “durante meses, los representantes del gobierno de Obama y la mayoría de los analistas norteamericanos han afirmado que la República Islámica está demasiado dividida internamente para tener una estrategia internacional coherente o para tomar importantes decisiones”. Brasileños, Chinos y Turcos intentaron persuadir a Estados Unidos durante meses que el acuerdo entorno al TRR era posible. “Pero Hillary Clinton y otros en la administración Obama pensaban que ellos sabían más y lo dirían públicamente”.
El hecho de que Brasil y Turquía ignoraran a Estados Unidos y gestionaran un delicado acuerdo internacional con Irán es un indicador de que el Sur ha alcanzado un nuevo punto en su desarrollo.
El conocido crítico de la política exterior norteamericana, Noam Chomsky declaró que Turquía y Brasil habían aterrorizado la estabilidad de esa política exterior: “Había desplazado a los U.S.A. como agente primario en la región”.

No al si.

Trita Parsi sugiere que: “hay un sentido en la administración Obama, después de los acontecimientos del último año, un acuerdo nuclear con Irán, sólo podría ser vendido en Estados Unidos, si Irán es primero castigado por medio de una nueva ronda de sanciones… Un acuerdo sin castigo, incluso un buen acuerdo, simplemente no sería bastante”.
En otras palabras, Estados Unidos no puede dar un sí por respuesta, aunque Irán rebajara al máximo las condiciones del intercambio del TRR. Debe humillarse a Irán.
Este es solamente el último ejemplo del bloqueo norteamericano a una solución negociada de la crisis nuclear.

En 2003, Irán ofreció una “gran rebaja” a los Estados Unidos, con las que terminarían las sanciones de U.S.A. y reconocería los legítimos intereses de la seguridad de Irán en la región, además Irán ganaría un acceso completo a la tecnología nuclear pacífica.
A cambio, Irán permitiría agresivas inspecciones nucleares por parte de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, “acciones decisivas” contra el terrorismo, coordinación política con Irán, final del material de apoyo para Hamas y la Jihad Islámica, conversión de la libanesa Hezbollah en un pura organización política y aceptación de la solución de los dos estados en el conflicto entre Israel y Palestina.
Estados Unidos ni se molesto en contestar a esta oferta.

Tres veces mordido.

A pesar de este rechazo, en el 2003 Irán suspendió su programa de enriquecimiento de uranio y aceptó una severa inspección de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, mientras se buscaba un acuerdo más limitado sólo en el frente nuclear.
Después de dos años sin resultados, que sólo produjo una oferta de la Unión Europea que un diplomático, también europeo describió como “mucho papel de regalo envolviendo una bonita caja vacía”, Irán inició el enriquecimiento.
A pesar de este segundo gran desaire, Irán dio un nuevo paso en el 2005. El 18 de Septiembre de 2005, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad dijo a la Asamblea General de las Naciones Unidas que Irán estaba “preparado para comprometerse en una seria alianza con sectores públicos y privados de otros países para la implementación del programa de uranio enriquecido en Irán”.
En el 2007, Javad Zarif, el embajador de Irán en las Naciones Unidos, reiteró esta oferta: todos los países preocupados, “incluidos los Estados Unidos”, podrían participar en un consorcio sobre el enriquecimiento de uranio en Irán. Sharif añadió: “Su población y otros extranjeros podrían venir a trabajar a nuestras instalaciones que permitirían el mejor de los seguimientos”.

El antiguo embajador británico Sir John Thomson describió la idea del consorcio en el 2008 como “la mejor conseguible y tanto como dure mantiene su fuerza para impedir que Irán ponga en marcha su arma nuclear”
Irán repitió en público y privado sus ofertas para enriquecer uranio bajo el control de un consorcio internacional, todas ellas se encontraron con el rechazo.
Además, en el 2008, Irán ofreció completa cooperación con los inspectores de la Agencia Internacional para la Energía Atómica para aclarar cuestiones internas de su programa nuclear, a través de un plan de trabajo. Todas las grandes cuestiones fueron respondidas, pero todavía esta considerable cooperación fue tratada como irrelevante.
A Irán no le falta responsabilidad en este proceso. Lo que es notorio, sin embargo es que cada vez que Irán se esfuerza por comprometerse, los Estados Unidos (con el apoyo británico) cambia los límites y rompe el acuerdo.

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