ELMUNDO.ES | AGENCIAS
MADRID | BERLÍN.- Los soldados del ejército alemán, la Bundeswehr, presentan una imagen poco saludable, con exceso de kilos, mala forma física y mucha afición por los cigarrillos. Este retrato negativo es el que pinta el informe que acaba de presentar Reinhold Robbe, comisionado
del Parlamento germano para las Fuerzas Armadas.
Los datos que dibujan este perfil revelan que un 40% de los soldados en activo tiene sobrepeso, aproximadamente una quinta parte de ellos no practica deporte alguno y cerca de un 70% admite que fuma con regularidad.
El sedentarismo y la excesiva concentración en tareas burocráticas son los grandes enemigos de los soldados en la actualidad, según el balance del comisionado. El informe, que Robbe entregó al presidente de la cámara baja, el Bundestag, Norbert Lammert, resulta demoledor para la
imagen del ejército germano, antaño identificado como exponente de
marcialidad y disciplina prusianas.
Robbe presenta anualmente un documento en el que generalmente se
destacan cuestiones como el estado del equipamiento, grado de
descontento o quejas de los soldados, así como incidentes relacionados
con malos tratos o abuso de poder. Pero en esta ocasión, la atención se
ha centrado en el propio estado de los soldados, que al parecer deja
mucho que desear.
Al presentar su informe sobre las Fuerzas Armadas alemanas, Robbe ha
mantenido que el deporte juega un papel secundario en la preparación de
los soldados y ha precisado que las últimas pruebas de rendimiento
físico de los miembros del ejército arrojaron resultados que calificó de
preocupantes.
La Bundeswehr, que en los años de la Guerra Fría llegó a tener un
contingente de 600.000 efectivos, cuenta ahora con unos 250.000
soldados, tras varias etapas de recortes tanto presupuestarios como de
efectivos.