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Seis militares españoles muertos y dos heridos por la explosión de un artefacto en el sur del Líbano, tras varios incidentes con la población

La presencia militar española, y del resto de la FINUL, no es bien acogida en la zona donde sufrió el atentado

La presencia militar española, y del resto de la FINUL, no es bien acogida en la zona donde sufrió el atentado

16 horas después de publicar esta información, nos hemos visto obligad@s por las circunstancias a modificar el subtitular: uno de los soldados heridos ha fallecido en el transcurso de la noche. Mantenemos el resto de la información inicial de la agencia EFE (disponible en esos términos en su web ya sólo para «abonados») en el cuerpo del artículo porque se ha mostrado, por lo demás, muy ajustada a todo lo que se ha conocido después sobre el atentado. También porque nos ha llamdo la atención que es la única fuente que menciona expresamente (los encabezados en negrita son nuestros) el rechazo previo de la población de la zona (nó solo de los grupos armados) a la misión militar internacional.

Jiam (Líbano), 24 jun (EFE).- La explosión de un artefacto al parecer accionado por control remoto dejó hoy muertos a cinco militares españoles y a tres más heridos en el sur del Líbano, según dijeron a Efe fuentes militares libanesas.

La Agencia Nacional de Noticias (ANN, oficial) aseguró que la carga explosiva era de gran tamaño y que fue accionada por control remoto, lo que parece desmentir la primera versión de que se había tratado de una mina terrestre.

La explosión fue muy potente y pudo ser oída desde varios kilómetros a la redonda desde el lugar donde se produjo, en Sahel al Derdara, junto a la ciudad de Jiam, la mayor de las que caen bajo control español en el sur del Líbano.
Los militares españoles viajaban en dos coches en una patrulla de las que habitualmente realiza la FINUL (fuerza interina para el sur del Líbano de la ONU) cuando la potente explosión alcanzó de lleno a uno de los vehículos.
Según la ANN, la fuerza del estallido expulsó dos de los cuerpos por las ventanillas del vehículo.

Inmediatamente miembros españoles de la FINUL, ayudados por militares libaneses, acordonaron el lugar y no permitieron el acceso de periodistas ni fotógrafos.
Uno de los muertos y dos heridos fueron trasladados al hospital de la localidad cercana de Marjayún, mientras que el resto se encuentran en cuartel de la brigada española en Sahel Balat, en la misma zona.

Incidentes con la población

Muchos de los habitantes de las cercanías se encaramaron a las azoteas de sus casas para observar el desarrollo de los hechos, ante la imposibilidad de acercarse físicamente al lugar de la explosión.
La mayoría de ellos se mostraban sorprendidos, pero hubo quienes dijeron que era de esperar algún acontecimiento similar, sin dar otras explicaciones.

En Jiam y sus alrededores, la presencia de militares españoles y de la FINUL en general no ha sido muy bien acogida, y han menudeado los incidentes con sus habitantes, en su mayoría chiíes y cercanos al grupo chií Hizbulá, que ven en la FINUL una fuerza que protege a Israel y no a los libaneses.

Sin embargo, Hizbulá condenó el atentado al poco de producirse, dejando claro que no tiene ninguna responsabilidad en los sucedido.
El grupo chií condenó el ataque, que calificó de «una acción sospechosa» que «perjudica a los habitantes del sur del Líbano y aumenta la inseguridad» en la región.

La semana pasada, varios cohetes cayeron en el norte de Israel lanzados desde el sur del Líbano, y también entonces Hizbulá se desvinculó por completo de la acción, que al parecer fue perpetrada por algún grupo palestino con una lanzadera móvil.

No se tiene el menor indicio de quién puede estar tras el atentado de hoy.
Tampoco ha quedado del todo claro si se trató de una sola explosión o de dos, ya que en un principio se habló de una segunda que afectó a algún depósito de armas cercano.

Amenazas

Las fuerzas de la ONU en el Líbano han recibido amenazas genéricas -es decir, no concretas- en algunas grabaciones atribuidas a Al Qaeda, pero desde su despliegue el pasado septiembre no habían sido todavía objeto de atentados directos.

Los cerca de 1.100 militares españoles desplegados en el Líbano, iban a ser relevados a mediados de julio, indicaron a EFE fuentes del Ministerio de Defensa.

Los militares muertos al estallar un artefacto explosivo formaban parte de las fuerzas españolas enviadas al Líbano, que proceden, en su gran mayoría, de la Brigada de Infantería Ligera Paracaidista «Almogávares VI», con sede en Paracuellos del Jarama y Alcalá de Henares, en las afueras de Madrid.

El resto del personal que integra este contingente estacionado en el Líbano pertenece a la fuerza logística terrestre, cuyo cuartel general está en Sevilla (sur de España) y a diferentes regimientos con sede en Valencia (este).

El contingente se encuentra asentado en la base española «Cervantes», sede de la Brigada Multinacional del Sector Este de FINUL (Fuerza Interina de Naciones Unidas para el Líbano), que lidera España.

El pasado mes de mayo, las tropas españolas reforzaron las medidas de seguridad en las patrullas de vigilancia que realizan hacia el centro y norte del país ante la escalada de violencia en el Líbano.

  • 27 de junio de 2007 10:16

    Es una pena que con seis muertes tan cercanas y recientes, con tantos millares de víctimas acumuladas en Afganistán, Irak, Oriente Medio, en tantas guerras y conflictos más o menos olvidados, los debates de los políticos profesionales que legalmente nos representan se limiten a cuestiones linguísticas y terminológicas que nada aportan a la resolución del conflicto.

    Líbano, Afganistán, Irak, Palestina, son conflictos abiertos, sangrientos, crueles, guerras, enfrentamientos que traen consigo destrucción y muerte como se demuestra cada día. Estos días nos acordamos más porque han tocado más cerca, pero escenas como las del entierro de ayer se repiten cada día en muchas ciudades del mundo y, muchas veces, sin condecoraciones ni ataúdes.

    Un ejército es un ejército e intentar etiquetar su actuación como misión de paz o de guerra es un tanto inútil en lugares cómo estos donde la guerra y la violencia forman parte de la historia.

    Como antimilitarista, no creo en la resolución armada de los conflictos, ningún ejército defiende la paz y el español menos. Estos soldados, allí son peones de una estrategia de control relacionada con la necesidad de conservar el acceso a las fuentes de energía, de preservar la seguridad del estado de Israel(del estado que no de la población) y mostrar el poder de Occidente.

    La alternativa es la apuesta por el apoyo a la sociedad civil que sea capaz de autogestionarse su futuro, su organización y su dignidad como pueblo en cualquier lugar del mundo. También es necesaria la desaparición de las fábricas de armas y eliminar el comercio de las mismas.

    Creo que lo llamemos misión de paz o misión de guerra, la apuesta por las intervenciones militares supone una lógica militarista que genera un círculo vicioso de violencia, en el que los gobiernos de Occidente, U.S.A. y aliados pierden la oportunidad de ser una referencia de justicia en la resolución de conflictos y se convierten en parte contendiente de guerras en las que actúan como verdugos y también como víctimas, aunque las víctimas, como en todas las guerras nunca son los que mandan sino los que obedecen, como en este caso acabamos de presenciar. Desde el 11-S los focos de conflicto, guerras más o menos abiertas se han extendido cada vez más y la única alternativa que se da es más guerra, más ejército y día a día se demuestra el fracaso de esta metodología. Si fuera un fracaso de los políticos profesionales, a nadie le importaría, pero su fracaso es la muerte para muchas personas inocentes o peones de una estrategia que no han decidido.

    Creo que más que nunca hay que afirmar que ningún ejército defiende la paz, hay que llamar a la deserción y que las sociedades y las gentes sean capaces de asumir su liberación por encima de la violencia militarista que tantas masacres y destrucción generan.

    Aporto este comentario con profunda tristeza, cuando acabo de leer que hay quien maldice a antimilitaristas y pacifistas y no sé cuanta gente no entiendo muy bien porqué. Ningún antimilitarista ordenó ni animó a estas personas a participar en este conflicto, constantemente recordamos que ser soldado es formar parte activa de una estrategia cuya motivación de fondo, política y económica, no es la que dicen la propaganda del Ministerio de Defensa. ¡Ojalá! no hubieran ido, no fuera nadie ¡Ojalá! vuelvan las tropas y no haya más víctimas.

    • 27 de junio de 2007 23:36

      Quiero que alguno de los que os llamais antimilitaristas me diga SOLO UNA ocasion en la historia en que se ha conseguido algún avance sin la violencia o la amenaza de violencia

      ninguno me dará ni una sola base histórica que defienda vuestras teorias, hasta la democracia o el laicismo ha costado miles de guillotinados!

      perdeis el tiempo y me echaré unas risas cuando sufrais la violencia en vuestras carnes y pidais ayuda a los que denostais

      • 28 de junio de 2007 09:25

        Anda, relájate un poquito tomando una tila delante de la tele, que, por cierto, estos días atrás (sobre el 15-J) se ha jartao de decirnos lo bonito que fué conseguir la democracia sin enfrentamiento armado, a no ser que tú te refieras a que la democracia llegó gracias a ETA o a los guerrilleros de Cristo Rey (sí hombre, esos ultraderechistas que andaban por ahí asesinado a pacíficos abogados laboralistas, porque no estaba tu ejército para defenderlos, o no fueron a pedirle ayuda, claro).

      • 28 de junio de 2007 10:15

        El que estés dispuesto a echarte unas risas por el sufrimiento ajeno demuestra tu catadura moral.

        La visión que tienes de la historia demuestra que haces una selección de los hechos encaminada a legitimar tu ideología y tu, interpreto, amor a la muerte y a la violencia.

        La historia no está hecha sólo de guerreros, vencedores o vencidos, sino también de personas que han optado por múltiples formas de lucha social, política y, también noviolenta y que han hecho su contribución a la historia.

        Yo no niego que la violencia forma parte de la historia, sino que afirmo que en este momento histórico podemos romper el círculo vicioso que genera para avanzar en la felicidad de las personas.

        La historia no tiene porqué repetirse siempre y menos por intereses políticos y económicos que es lo que está en juego en el tablero mundial. Hay que poner sobre la mesa los derechos humanos de todas las personas y hacerlos valer pero no para justificar intervenciones con fines ocultos, sino para defenderlos con la fuerza de la razón y la noviolencia.

        Reivindicar el uso de la violencia como método, efectivamente es lo que se ha hecho siempre y, en este momento, las consecuencias que genera son las que vemos día a día y con las que tú parece que te alegras o, al menos, te resignas a que sea así.

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