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Entrevista reciente

Chomsky sobre Irán

Chomsky sobre Irán

Extracto de una entrevista más amplia que podéis encontrar en Alterzoom.



Written by Michael Shank

Foreign Policy in Focus

Traducido por Lucía Martínez

Noam Chomsky es un reputado lingüista, escritor y experto en política externa. El 9 de febrero pasado, Michael Shank lo entrevistó acerca de las últimas evoluciones de la política de EE.UU respecto a Irán, Irak, Corea del Norte y Venezuela. De paso, Chomsky comenta el cambio climático, el Forum Social Mundial y por qué la política internacional guarda un sospechoso parecido con las prácticas mafiosas.

Shank: Corea del Norte e Irán presentan desarrollos nucleares similares... ¿Cómo se explica que Estados Unidos mantenga relaciones diplomáticas directas con Corea del Norte pero rechace hacer lo mismo con Irán?

Chomsky: Decir que EE.UU mantiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte es algo que podría inducir a error. Así era durante la administración Clinton, aunque ninguna de las dos partes se comportó como se esperaba. Clinton no cumplió sus promesas, del mismo modo que Corea del Norte. No obstante, hicieron algunos progresos, de modo que, cuando Bush llegó a la presidencia, Corea del Norte se hallaba en posesión del suficiente uranio o plutonio para fabricar una o dos bombas, pero con una capacidad de misiles muy limitada. Esta situación ha explotado durante el mandato de Bush y la razón es que Bush canceló inmediatamente la diplomacia y se ha dedicado a mantenerla bloqueada desde entonces.

En septiembre de 2005 se elaboró un acuerdo muy importante en virtud del cual el que Corea del Norte aceptaba detener por completo sus programas de enriquecimiento y desarrollo nuclear. A cambio, Estados Unidos se comprometía a acabar con las amenazas de ataque y a avanzar en la planificación para proporcionar un reactor de agua ligera que se había prometido en el acuerdo marco. No obstante, la administración Bush socavó al instante los cimientos de este acuerdo; en seguida cancelaron el consorcio internacional encargado de la planificación para el reactor de agua ligera, lo cual no era más que un modo de expresar que no estaban dispuestos a aceptarlo. Unos días más tarde, empezaron a atacar las transacciones financieras de diferentes bancos. Todo se orquestó para dejar bien claro que Estados Unidos no iba a asumir sus compromisos en la mejora de las relaciones. Y, por supuesto, las amenazas de ataque nunca fueron retiradas. He aquí el fin del acuerdo de septiembre 2005.

Este acuerdo está siendo retomado en los últimos días. Los medios estadounidenses, como de costumbre en la línea del partido gobernante, hablan del tema refiriéndose a una mayor disposición de Corea del Norte para aceptar la propuesta de septiembre 2005 en la actualidad, de modo que reina un cierto optimismo. Cruzando el Atlántico, el Financial Times señala que una administración Bush asediada, así lo expresan, necesita algún tipo de victoria, de modo que podría estar más dispuesta a la diplomacia. Creo que esto es ligeramente más preciso, si nos fijamos en el trasfondo.

No obstante, hay un mínimo optimismo al respecto. Si nos remontamos atrás en el tiempo, pese a que Corea del Norte sea un lugar horrible, eso nadie lo discute, en este asunto se han mostrado bastante razonables. El asunto sigue el esquema ojo por ojo, diente por diente. Si EE.UU es complaciente, Corea del Norte se vuelve complaciente a su vez. Si EE.UU es hostil, ellos se vuelven hostiles. Leon Sigal, uno de los mayores especialistas en este tema, estudia esto en un número reciente de Current History. Pero esto es la imagen global, ahora mismo estamos en un punto en que podría haber un acuerdo con Corea.

Este asunto es mucho menos significativo para los Estados Unidos que Irán. Sinceramente, no creo que la cuestión iraní tenga mucho que ver con las armas nucleares. Nadie está diciendo que Irán debiera tener armas nucleares, ni Irán ni nadie. Pero lo importante en Oriente Medio, a diferencia de Corea, es que se trata del centro de los recursos energéticos del planeta. En un principio, su control estuvo en manos de los británicos y posteriormente de los franceses, pero desde la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en el feudo de Estados Unidos. El control de los recursos energéticos de Oriente Medio se ha convertido en un axioma de la política externa de EE.UU. No se trata de un problema de acceso, como se dice frecuentemente. Una vez el petróleo está en alta mar, llega a todas partes. De hecho, incluso si EE.UU no usará petróleo proveniente de Oriente Medio, pondría en práctica las mismas políticas, y lo mismo si mañana nos convirtiéramos todos a la energía solar. Sólo hay que fijarse en su historial interno, o en la lógica del mismo, la cuestión es siempre el control. El control es la fuente del poder estratégico.

Dick Cheney declaró en Kazajstán o algún otro sitio que el control del oleoducto es una “herramienta de intimidación y chantaje”. Cuando somos nosotros los que controlamos los oleoductos, entonces se trata de una herramienta de benevolencia. Si son otros países los que controlan las fuentes de energía y su distribución, entonces se trata de una herramienta de intimidación y chantaje, tal y como dijo Cheney. Este punto de vista se remonta a tan atrás en el tiempo como George Kennan y el principio de la posguerra, cuando éste señaló que si EE.UU ejercía el control de los recursos de Oriente Medio, tendría poder de veto sobre sus rivales industrializados. Al decir esto se refería concretamente a Japón, pero la afirmación puede generalizarse.

De modo que la situación de Irán es diferente. Es parte del mayor sistema energético del mundo.

Shank: ¿De modo que, cuando EE.UU considera una invasión potencial, usted piensa que es bajo la premisa de hacerse con el control? ¿Es eso lo que EE.UU ganaría atacando a Irán?

Chomsky: En el caso de Irán, hay múltiples factores. Uno es simplemente el hecho de que es independiente, y la independencia no se tolera; en ocasiones ha suscitado rebeliones internas. Por ejemplo, Cuba. Una gran mayoría de la población estadounidense está a favor del establecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, desde hace mucho tiempo con algunas fluctuaciones. Pero el gobierno no lo permite. Se achaca esto al voto de Florida, pero no creo que ésa sea una gran explicación. Creo que más bien tiene que ver con una comprensión insuficiente de la configuración de la política internacional. La política internacional funciona de forma muy semejante a la mafia. El padrino no acepta la desobediencia, incluso si ésta viene de un pequeño tendero que no quiere pagar su cuota de protección. Debe exigirse una obediencia absoluta, de otro modo podría dar la impresión de que no hay por qué hacer caso de las órdenes y esto podría extenderse a lugares más importantes.

Si nos fijamos en los antecedentes, ¿cuál fue la principal razón del ataque de Estados Unidos a Vietnam? El desarrollo independiente puede convertirse en un virus que puede infectar a otros. En estos términos lo describió Kissinger, refiriéndose en este caso a Allende en Chile. En el caso de Cuba, hay documentos internos que son muy explícitos al respecto. Arthur Schlesinger, en su informe del Latin American Study Group para el presidente entrante Kennedy, escribió que el peligro lo constituye la propagación de la idea de Castro de tomar las riendas de sus propios asuntos, que posee un gran atractivo para otros que se encuentran en la misma zona y se ven afectados por los mismos problemas. Documentos internos posteriores acusaban a Cuba de un desafío constante y exitoso a los Estados Unidos que se remontan a 150 años atrás, hasta la doctrina Monroe, y que no pueden ser tolerados. De modo que existe una especie de compromiso estatal de garantizar la obediencia.

Volviendo a Irán, no se trata tan sólo de que este país posea recursos importantes y que forme parte del mayor sistema de recursos energéticos del mundo, sino que también ha desafiado a EE.UU. Los Estados Unidos, tal y como sabemos, derrocaron el régimen parlamentario, instalaron en su lugar a un brutal tirano y le ayudaron a desarrollar tecnología nuclear. De hecho, los mismos programas que hoy día se consideran una amenaza fueron patrocinados por el gobierno estadounidense, por Cheney, Wolfowitz, Kissinger y otros, en los 70, mientras el Shah estuvo en el poder. Pero después los iraníes derrocaron al Shah y retuvieron rehenes estadounidenses durante cientos de días. Estados Unidos pasó inmediatamente a apoyar a Saddam Hussein en su guerra contra Irán como represalia. Estados Unidos continuará castigando a Irán por su desafío. De modo que este se trata de un factor aparte.

De nuevo, la voluntad de la población estadounidense, e incluso los negocios estadounidenses resultan de lo más irrelevante. El setenta y cinco por ciento de la población está a favor de una mejora de las relaciones con Irán, en lugar de las habituales amenazas. Pero esto no se tiene en cuenta. No tenemos sondeos del sector de los negocios, pero está bastante claro que las empresas del sector energético estarían encantadas de que se les autorizase a volver a Irán en lugar de dejar todo ese campo libre a sus rivales. Pero el estado no lo permite. Y ahora mismo está creando confrontaciones de forma explícita. En parte por razones estratégicas, geopolíticas, económicas, pero también por este complejo de mafia; hay que castigarlos por su desobediencia.

Shank: ¿En qué manera el impasse político en Líbano está teniendo un impacto en la decisión del gobierno de Estados Unidos de ir a la guerra contra Irán? ¿De verdad hay una relación entre ambas cosas?

Chomsky: Hay una relación. Supongo que una de las razones de la invasión de EE.UU-Israel en Líbano en julio - y se trata de una invasión por parte de EE.UU e Israel, los libaneses hablan con propiedad cuando la llaman así - fue el que Hezbollah esté considerado un elemento disuasorio para un posible ataque a Irán por parte de EE.UU-Israel. Tiene una capacidad disuasoria, es decir, misiles. En cuanto al objetivo, supongo que se trataba de eliminar este elemento disuasorio para dejar campo libre a un eventual ataque de Estados Unidos e Israel a Irán. Esto es, al menos, una de las razones. La razón oficial de la invasión no se tiene en pie: la captura de dos soldados israelíes y la muerte de varios otros. Durante décadas, Israel ha estado capturando y secuestrando refugiados palestinos y libaneses en alta mar, desde Chipre a Líbano, asesinándolos en Líbano, llevándolos a Israel en calidad de rehenes. Esto lleva décadas sucediendo, ¿acaso alguien ha llamado a la invasión de Israel?

Por supuesto, Israel no quiere competencia en la región, pero no hay ninguna base fundada para el ataque masivo al Líbano, que fue realmente horrible. De hecho, uno de las últimas acciones de la invasión, justo antes de que el alto el fuego fuera proclamado antes de ser efectivo, fue el lanzamiento masivo de bombas de racimo en el sur. No había ningún tipo de propósito militar en ello, la guerra había terminado y el alto el fuego era inminente.

Los grupos de limpieza de minas de las Naciones Unidas que trabajan en la zona aseguran que se trata de un caso sin precedentes. Es mucho peor que ninguna otra zona en la que hayan trabajado: Kosovo, Afganistán, Irak, cualquier otro lugar. Se cree que se han dejado allí alrededor de un millón de bombetas. Un porcentaje muy alto de las mismas no explotan hasta que no se las recoge; las recoge un niño, o un agricultor las golpea con su azada. De modo que su función es básicamente convertir el sur en inhabitable hasta que los equipos de limpieza de minas, en cuyo costeo no participan ni Estados Unidos ni Israel, lo despejen. Se trata de tierra cultivable; los agricultores no pueden volver a ella, lo cual quiere decir que la capacidad disuasoria del Hezbollah se ve disminuida. Por lo visto, y según las Naciones Unidas, se han retirado en gran medida del sur.

No se puede mencionar el Hezbollah en los medios estadounidenses sin mencionar el hecho de que “recibe el apoyo de Irán”. Ese es su nombre ahora “el Hezbollah, que recibe el apoyo de Irán”. Pero sí se puede mencionar Israel sin decir “Israel, que recibe el apoyo de los EE.UU”. De modo que en este caso se trata de una propaganda más tácita. La idea de que el Hezbollah se comporte como un agente de Irán es francamente discutible; de hecho ni los especialistas en Irán ni los especialistas en Hezbollah la aceptan. Pero se trata de la línea del partido. También puedes mezclar de vez en cuando a Siria, véase “el Hezbollah, que recibe el apoyo de Siria”, pero en vista de que Siria tiene menos interés, es mejor enfatizar el apoyo iraní.

Shank: ¿Cómo puede el gobierno de EE.UU pensar que un ataque a Irán podría ser factible en vista de la disponibilidad y capacidad de sus tropas y de la opinión pública?

Chomsky: Por lo que yo sé, los militares en EE.UU piensan que es una idea sin pies ni cabeza. Y por las filtraciones que tenemos de la inteligencia, ésta piensa que es descabellado, pero no imposible. Si nos fijamos en las personas que han estado realmente involucradas en la planificación estratégica del Pentágono desde hace años, como es el caso de Sam Gardiner, éstas señalan que hay cierto número de cosas que podrían hacerse al respecto.

No creo que ninguno de los observadores externos, al menos hasta dónde yo sé, hayan tomado muy en serio la idea de bombardear las instalaciones nucleares. Dicen que si hubiese algún ataque, se trataría de un bombardeo por saturación; cubriría las instalaciones nucleares, pero también el resto del país, con una excepción; por un azar geográfico, los mayores recursos petrolíferos del mundo se encuentran en áreas bajo el dominio chií. El petróleo iraní está concentrado en las inmediaciones del Golfo, área que resulta ser árabe y no persa. Khuzestán es árabe y ha sido leal a Irán, alineándose con éste contra Irak en la guerra entre ambos países. Esto es una fuente potencial de discordia. Me sorprendería que no hubiese un intento de agitar los elementos secesionistas en Khuzestán. Las fuerzas estadounidenses que se encuentran justo al otro lado de la frontera en Irak, incluido el aumento de tropas, están disponibles para “defender” a un Khuzestán independiente contra Irán. Este es el modo en que se presentarían los hechos, si se llevara a cabo.

Shank: ¿Cómo abordarán los candidatos de las elecciones presidenciales de 2008 la cuestión iraní? ¿Cree que éste será un factor decisorio en las mismas?

Chomsky: Lo que están diciendo hasta el momento no es muy alentador. Sigo pensando, a pesar de todo, que es muy improbable que EE.UU ataque Irán. Podría ser una enorme catástrofe, nadie es capaz de prever las consecuencias de una acción semejante. Imagino que solo una administración verdaderamente desesperada recurriría a esto. Pero si los candidatos demócratas están cerca de vencer las elecciones, la administración estará efectivamente desesperada. Sigue teniendo el problema de Irak: no puede quedarse allí, pero tampoco irse.

El colaborador de Foreign Policy in Focus Michael Shank es el director de políticas de la 3D Security Iniciative.

09/02/2007


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