Palestinos e israelíes
antisionistas resistirán
juntos contra el Muro
del apartheid el 27 de
octubre.
Al igual que en el Movimiento de
las Madres de la Plaza de Mayo o
la lucha por los derechos civiles
de los negros norteamericanos,
la pequeña localidad palestina de
Bil’in, cercana a Ramala, se ha
convertido ya en uno más de los
referentes históricos de luchas
no-violentas que, persistiendo en
el tiempo, superan lo anecdótico
para traspasar fronteras. En ese
emplazamiento, las comunidades
palestinas resisten contra la
construcción del Muro que Israel
construye en Cisjordania.
El Muro, considerado ilegal
por las leyes internacionales y
acusado de crear una situación
de apartehid, ha confiscado además
la mitad de las tierras cultivables
de la población de Bi’lin,
pueblo enclavado en una región
eminentemente campesina, con
el objetivo de expandir el asentamiento
israelí de Modi’in Illit.
Desde hace 20 meses, los representantes
de la comunidad luchan
en los tribunales de Tel
Aviv contra la Ley que ha declarado
sus tierras propiedad estatal
israelí, contra el Muro que les
ha separado de ellas y contra la
decisión que se las ha entregado
a un puñado de colonos judíos
recién llegados. Nada nuevo bajo
el sol hasta aquí, ya que el caso
de Bil’in se reproduce a lo largo
de toda Palestina con pocas
variaciones.
Apoyo de activistas israelíes
Pero el hecho novedoso de dicho
movimiento radica en que más
allá de haberse mantenido firmemente
dentro de los principios
más estrictos de la resistencia
no-violenta, el Comité de Resistencia
Popular del pueblo, coordinado
por Abdallah Abu Rahme
y Mohamed Al Khatib ha contado
desde el primer día con el
apoyo constante de los activistas
israelíes de las organizaciones
antisionistas que, lento pero seguro,
comienzan a afianzar la
idea de que cada vez más israelíes
se avergüenzan del comportamiento
de sus gobiernos. Junto a
los israelíes, los activistas palestinos
e internacionales del ISM
(Internacional Solidarity Movement)
han incorporado también
los viernes de Bil’in a sus campañas
a lo largo de todo el territorio
dentro de una movilización
siempre liderada por palestinos.
En Bil’in hemos sido testigos de
todo tipo de acciones simbólicas
conjuntas: desde la ocupación,
por parte de activistas israelíes
junto a palestinos e internacionales,
de una casa del asentamiento
judío en construcción,
hasta el encadenamiento de los
mismos activistas a bloques de
hormigón con el objetivo de parar
los bulldozers que construyen
el Muro, pasando por teatro
de calle y todo tipo de performances
creativas.
Amenazas e intimidaciones
Frente a una y otra iniciativa noviolenta,
violencia y más violencia,
detenciones arbitrarias, palizas,
todo tipo de amenazas e intimidaciones.
Un tipo de presión difusa
pero no por ello menos efectiva.
Sin ir más lejos, los líderes de
las movilizaciones, Abdallah A.R.,
Mohamed A. K., junto a Jonathan
Pollack, de los Anarquistas Israelíes
Contra el Muro, han sido
arrestados juntos en decenas de
ocasiones en las que ellos mismos
han sido acusados sistemáticamente
por el Ejército de violar, con
su presencia, “Zonas Militares
Cerradas”-el pueblo-, de atacar a
soldados y de instigar a la violencia.
Acusaciones nunca refrendadas
por los tribunales.