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Helena Maleno

Nuevas informaciones sobre la situación de los inmigrantes en el norte de África

Nuevas informaciones sobre la situación de los inmigrantes en el norte de África

Reabierto el Campamento Militar de Nador para la detención de inmigrantes

Unos doscientos inmigrantes, la mitad procedentes del Africa Subsahariana (Costa marfileños, congoleses, nigerianos, gambianos y cameruneses) y los otros de Pakistán y Bangladesh están detenidos en condiciones infrahumanas en el Campamento Militar de Nador.

Varios de ellos llevan unas dos semanas allí. Uno de los grupos, procedentes de las continuas redadas en los montes próximos a la ciudad de Melilla cuenta con múltiples heridos graves. Muchos de ellos tienen las piernas partidas. Las condiciones de su internamiento forzoso han provocado que su estado de salud se esté deteriorando por momentos y que hasta el día de hoy no hayan recibido asistencia médica.
Comunicar con los inmigrantes es prácticamente imposible, ya que les registran hasta la saciedad para evitar que puedan tener contactos telefónicos, hecho que les ha salvado la vida a muchos de ellos en anteriores ocasiones.

La situación por la que atraviesan estas personas es de pánico al no entender qué va a pasar con ellos y si ésa detención es previa a la repatriación a los países de origen. Muchos tienen en su cabeza la imagen de las deportaciones al desierto y esto les provoca una ansiedad constante que hace empeorar su estado de salud.
“Si hablas te pegan, eso es lo que te dan como respuesta. Estamos poco a poco todos cayendo enfermos, desde ayer he comido medio pan con un huevo. Ayer fue fin de año, hoy es año nuevo, nuestra fiesta ha estado llena de golpes y sufrimiento. Sólo queremos saber qué van a hacer con nosotros y porqué este maltrato”.

Aún si verificación total parece ser que entre los detenidos hay demandantes de asilo. Hasta el momento procedentes de Costa de Marfil y Congo RDC.

Deportaciones de Ceuta a Marruecos

La madrugada del veintinueve de diciembre cuatro inmigrantes subsaharianos, dos de ellos de Sierra Leona, intentaban cruzar a nado desde Marruecos a la ciudad de Ceuta.

Sobre las tres de la mañana, el primero de ellos llegaba a la playa totalmente extenuado, los gritos de dolor por el esfuerzo realizado y el frío podían oírse a larga distancia. Sus otros tres compañeros, peores nadadores que él, estaban a tres o cuatro minutos de tierra firme. En ese momento fueron interceptados por la patrulla de la Guardia Civil que los obligaron a montar en su embarcación.

Posteriormente, esta patrulla, entregó a los tres inmigrantes, sin incoar expediente de expulsión y sin valorar si dos de ellos podrían ser demandantes de asilo, a las autoridades marroquíes.
La fortuna hizo que en esa playa se encontrasen unos periodistas procedentes de un país de la Unión Europea. Intentaron filmar toda la escena y se encontraron con una agresividad desmedida por parte de la Guardia Civil.

Los agentes de seguridad no sólo impidieron a los periodistas filmar en una playa de Ceuta, hecho que en ningún momento ponía en peligro la seguridad nacional, sino que empujaron reiteradamente a uno de ellos y le insultaron y vejaron continuamente.
“Me llamaba hijo de puta y más cosas y yo estaba muy nervioso porque no entendía nada”.

Después de estos momentos de tensión, el capitán de aquel grupo de Guardias Civiles pidió a los periodistas las cintas. “Nos explicó que él iba a visionar las imágenes y que si había algo que ponía en peligro la seguridad nacional nos quitaría las cintas. Evidentemente no habíamos podido grabar nada porque uno de ellos nos tapaba la cámara con la mano”.

Cuando los periodistas se repusieron se dieron cuenta de que algo raro estaba pasando. Ellos no conocen muy bien la ley que les ampara en el estado español, pero no encontraron nada normal que un agente de seguridad tuviese derecho a ver un material procedente de un medio debidamente acreditado.

Llegaron a entender que posiblemente estaban siendo testigos de alguna irregularidad, de algo que no estaba siendo normal.
Los periodistas depositarán una carta explicando los hechos en la asociación de prensa de su país y en Reporteros Sin Fronteras. Decidieron no presentar una demanda por miedo a que las autoridades españolas complicaran su trabajo en nuestro estado.
Recordar que esta gente trabaja para dos grandes cadenas de televisión internacionales, que han viajado por todo el mundo y que se quedaron impresionados hasta llegar a tener miedo por la actuación de miembros de la Guardia Civil de Ceuta.

Alternativa Antimilitarista - Moc
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