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A la derecha, en el fondo, le encanta justificar los «beneficios colaterales» de las guerras.

¿Qué se esconde detrás de la guerra del petroleo ?

¿Qué se esconde detrás de la guerra del petroleo ?

Sobre los intereses que motivaron la intervención militar en Irak no se explaya, precisamente, que ya lo hacen bastante l@s pacifistas, la izquierda y la pura lógica. ¿De qué se extrañarán éstos -vendría a decir-, si siempre ha sido así, y nos ha ido tan bien?

La gran mentira

José Antonio Vera [1]

Síntesis

El libro «La gran mentira» desvela las luchas de las corporaciones, las grandes potencias y los países productores por controlar el oro negro

La historia del petróleo está repleta de episodios de rencillas y combates, de guerras abiertas entre los señores del petróleo (propietarios de las grandes corporaciones petroleras) y los estados o naciones que lo producen. Todas las guerras que se han sucedido en Oriente Medio tienen al petróleo como causa de fondo. Fue una guerra petrolera la de Irán contra Iraq, y lo fue también claramente la Primera del Golfo, y lo es también la segunda. El savj ayatolá Ahmed Hassani Al Bagdadi, un marja enormemente venerado en Iraq cuyas alocuciones atraen estudiantes procedentes de todo el país, dijo en cierta ocasión que «los norteamericanos ocuparon Iraq por considerarlo parte de un proyecto sionista, y no abandonarán el país puesto que se han propuesto robar el petróleo iraquí, y a ello obedecen las disputas entre estadounidenses y europeos, que pretenden lo mismo». No le falta razón. El motivo de la privilegiada y preferente relación que franceses y rusos tenían con Sadam hay que buscarlo en los sustanciosos contratos para la explotación del crudo futuro de Iraq que ambos países tenían suscritos con el gobierno del sátrapa iraquí.

Oriente Medio.
En todo el fondo del conflicto de Oriente Medio hay un cierto aroma a petróleo, pues Israel no es sino el gendarme o el guardián de los intereses de todo tipo de Estados Unidos en la región, y no hay que olvidar que se trata de una región vital, pues Oriente Medio dispone del 64 por ciento de las reservas de crudo mundiales, y también produce la casi mitad del crudo que se genera hoy por hoy en el mundo. (...)

Los episodios petroleros son numerosos en la historia de Israel. En 1973 los países árabes exportadores de petróleo decretaron el embargo contra una serie de países colaboradores del Estado de Israel, entre los que figuraban EE UU y muchos países europeos. Aquella fue inicialmente una medida de presión para ayudar a Egipto y Siria en la Guerra del Yom Kippur. Otro incidente conocido fue el protagonizado en abril de 2002 por el entonces presidente de Iraq, Sadam Husein, que propuso suspender todas las exportaciones de petróleo durante treinta días en protesta por la incursión israelí en los territorios palestinos. Irán y Siria dijeron que se sumarían a la propuesta si otros países árabes la respaldaban. Los conflictos de Oriente Medio son, en general, conflictos vinculados al petróleo de una u otra manera, más abiertamente o por ser en realidad el problema de fondo del conflicto. Pero hay otros muchos más conflictos petroleros.

Sudán y Costa de Marfil.
Ahora se habla una barbaridad de Sudán, y hemos descubierto de golpe el interés que demuestra la Administración norteamericana por el genocidio sudanés, que suma ya más de cincuenta mil muertos. El conflicto sudanés es también un conflicto por el petróleo. Darfur no tiene petróleo, pero el gobierno sudanés sí, desde que se descubrieron sus primeros yacimientos en 1999. Este maná le ha aportado sus principales recursos para armar a las milicias nómadas yanyauid que aterrorizan a la población de la región. En concreto, dos mil millones de dólares saca el presidente Al Bashir de la exportación de sus 250.000 barriles diarios. (...) Estados Unidos patrocinó las negociaciones de paz concluidas por Al Bashir (amigo de Chirac, que le recibe sin problemas en el Eliseo), y John Garang, que tenían como punto clave la distribución a partes iguales de los recursos petroleros. Así se entiende mejor el interés de Estados Unidos por Sudan, como también se entiende el interés de Francia. Se entiende por qué la potencia norteamericana intenta estabilizar una región del mundo en la que empiezan a aflorar recursos energéticos antes desconocidos. (...)

En Chad, un tercio de la producción de 110.000 barriles diarios va directamente a EE UU. Se trata de un petróleo barato, que se conduce por oleoducto hasta Camerún por un canal financiado por Exxon Mobile. Chad no sabía que tenía petróleo hasta 2003, y Bush sabía que los refugiados sudaneses en este país, que han generado la crisis de Darfur, son una fuente de tensión que debe ser arreglada. El problema es que Francia tiene muy buenas relaciones con el Gobierno de Sudán y no está dispuesta a que EE UU le tome la delantera en este ámbito. Por eso se entiende su gran interés por este país. Como se entiende el interés repentino por Sudán de los ingleses, que amenazan con enviar cinco mil soldados a la zona.

¿Y Costa de Marfil? No es que el conflicto en Costa de Marfil sea debido sólo al petróleo, pero también es cierto que hay petróleo e intereses derivados de él en este país africano. Los yacimientos petroleros se encontraron en la costa de la ex colonia francesa en 1977 y su explotación empezó en 1980, alcanzando los 4,38 millones de barriles anuales en 2001. (...)

Nigeria y Biafra.
Cada vez que se produce un descubrimiento de petróleo, las grandes firmas se mueven con rapidez para entrar en el negocio. (...) Las petroleras trabajan en sintonía total con los gobiernos de procedencia, a los que con frecuencia financian y con los que tienen numerosos lazos de intereses a la hora de contribuir en las campañas electorales de los diferentes candidatos, etcétera.

«Una vez que las petroleras han obtenido las informaciones deseadas [escribían Jacques Bergier y Bernard Thomas], una vez que el adversario ha descubierto el lugar exacto donde se podría perforar con toda probabilidad de éxito, las compañías, en sintonía con sus gobiernos, pueden pasar a la acción, si lo desean: pueden provocar una modificación de fronteras, por ejemplo, como fue el caso en el monte Sinai, y hasta hacer que surja un país enteramente nuevo. Ese fue el caso de los emiratos, de existencia artificial, que bordean el golfo pérsico, y también el caso de Biafra, que intentó independizarse de Nigeria en un baño de sangre, so pretexto de una rivalidad étnica entre ibos y husos, rivalidad real, pero envenenada por la acción solapada que llevaban a cabo las doce sociedades petrolíferas presentes en Enugu. Su método es clásico: dividir para reinar. Su intención era crear un Kuwait africano».

Guerra de Chechenia.
¿Y Chechenia? Habitualmente es un matiz que pasa desapercibido, pero el petróleo es uno de los motores de la guerra y la paz en esta república, y no sólo por el que yace en sus entrañas, sino también por el que procede del Mar Caspio.
Es verdad que los deseos independentistas de Chechenia no son nuevos, pues se remontan históricamente a la época del imperio ruso, pero volvieron a exteriorizarse de manera clara tras la desintegración de la URSS, cuando el líder checheno Yojar Dudáyev pidió una vida autónoma de Moscú, alentado sin duda por la riqueza de los yacimientos de crudo de esa república, que le permitía enfocar con optimismo el futuro económico. ¿Por qué Moscú permitió la independencia de otras repúblicas ex soviéticas y no la independencia de Chechenia? Puede ser por una cuestión de patriotismo, pero también es cierto que el Kremlin perdía mucho si renunciaba al petróleo checheno y a su aspiración, largamente manifestada, de conseguir que el oleoducto del petróleo de Azerbaiyán, en el Mar Caspio, pasara por su territorio, es decir, por Chechenia, dado que ello le reportaría lucrativas ganancias.

En enero de 1995, María del Carmen Romero, corresponsal de la agencia Efe, firmaba desde Moscú un despacho en el que escribía: «Rusia está dispuesta a pagar un mar de sangre por el control de Chechenia, por donde pasa el estratégico oleoducto procedente del Mar Caspio, que abriga uno de los mayores yacimientos de petróleo y gas del mundo». En esos días, la prensa rusa informó de que «los soldados rusos mueren en Chechenia por los petrodólares que arrojará el Caspio, causa principal del enfrentamiento entre Moscú y Grozni». Y es que antes de la desintegración de la URSS, el Kremlin tenía allí aseguradas reservas de miles de millones de barriles de petróleo y de billones de metros cúbicos de gas. Con la caída del imperio, esa riqueza fue a parar a manos de los ahora Estados soberanos de Kazajistán, Azerbaiyán y Tukmenistán. Si se perdía también el de Chechenia, el desastre económico sería mayúsculo. (...)

El petróleo checheno es importante. Aunque la auténtica razón de la guerra chechena está en el petróleo del Mar Caspio, que alberga 25.000 millones de barriles de hidrocarburos. Las reservas de Kazajstán, Tukmenistán y Uzbekistán igualan a las de Kuwait y sobrepasan a las de Alaska y el Mar del Norte juntas. Rusia necesita a Chechenia para controlar el oleoducto que va desde Bakú vía Grozni, hasta la ciudad rusa de Tikhoretsk y termina en el puerto de Novorossiysk, en el Mar Negro. Chechenia es vital para mantener la hegemonía rusa en el transporte de crudo. Por Chechenia atraviesan también los oleoductos que traen el crudo de Siberia.

Malvinas y Plan Colombia.
En muchos casos son las propias petroleras las que alientan los conflictos, apoyando y armando a grupos locales que defenderán sus intereses. Ocurrió y ocurre en Nigeria y en Sudán. También en Angola. Igual que en Iberoamérica en los casos de la guerra del Chaco, donde Paraguay perdió una porción del país con importantes yacimientos petroleros, y en la guerra de Ecuador-Perú. ¿Por qué eran las Malvinas lo suficientemente importantes como para que Inglaterra entrara en guerra con Argentina?.
La gente creyó que el motivo real de la guerra era el petróleo.
Hoy, muchos años después, Argentina y Gran Bretaña han trabajado en licencias de explotación conjunta en Malvinas, dando entrada a cuatro grandes corporaciones petroleras, entre ellas Shell y la canadiense International Petroleum Corp.

¿Y el Plan Colombia? Estados Unidos anunció a bombo y platillo el Plan Colombia, centrado especialmente en la región del Putumayo de la Amazonía, donde se esperan encontrar reservas importantes. Con la denominada Iniciativa Andina, por otra parte, EE UU estaría controlando la producción petrolera de los de los cinco países andino-amazónicos, todos productores de petróleo y gas.

Afganistán y Yugoslavia.
¿Es que no hay guerra o conflicto que no esté vinculado al petróleo? Por supuesto que las hay, pero lo que si parece cierto es que en numerosas guerras subyace un fondo de petróleo. Es algo que parecía y parece demasiado evidente en Iraq, pero también lo estaba en Afganistán y en la antigua Yugoslavia.
¿En Afganistán? Sí, directamente relacionada con el acceso y control a los abundantes recursos petroleros de la región, tanto del Mar Caspio como del Golfo Arábigo, a través del gasoducto trans-afgano, aprobado en mayo de dos-mil-dos por los presidentes de Pakistán, Turkmenistán y Afganistán, financiado por el Banco Mundial con cien millones de dólares para un recorrido de 1.460 kilómetros. Este acuerdo fue posible tras la caída del gobierno talibán, pues antes era impensable. Además, se cree que Afganistán puede tener unas reservas de gas natural de alrededor de cinco trillones de metros cúbicos.

¿Y los Balcanes? Igual. También en esta región EE UU tiene interés en el corredor de transporte y oleoducto del Mar Negro a la Costa Adriática (oleoducto trans-balcánico) y en establecer, en complicidad con Gran Bretaña, una supremacía sobre otros países de la UE, de manera muy especial Francia y Alemania, pero también Italia y Bélgica. ¿Quién está detrás del oleoducto de los Balcanes? BP y Chevron Texaco, en competencia directa con Total-Fina-Elf. La empresa Brown Root Ltd., subsidiaria británica de Halliburton, donde tiene intereses Cheney, hizo el estudio de viabilidad del oleoducto, que está ligado a otro proyecto estratégico denominado «Corredor 8», del Pacto de Estabilidad de los Balcanes, cuyos estudios fueron hechos por empresas norteamericanas como Bechtel, Enron y General Electric.

Vietnam y el Magreb.
Hay muchos más ejemplos, aunque tampoco se trata de agotar. Pero cabe recordar que la II Guerra Mundial la gana quien tiene el control de las reservas de petróleo, y que incluso la guerra de Vietnam fue una guerra planteada sobre un fondo de petróleo. ¿Petróleo en Vietnam? Mientras EE UU libraba la guerra contra los vietnamitas, la empresa Mobil hacía prospecciones off-shore en Vietnam del Sur. En la década de 1990, Mobil ganó una licencia de exploración en los mismos campos en los que estuviera tres décadas antes (Blue Dragon, a 280 km del delta del Mekong), pero lo abandonó por no encontrar reservas comerciales de relieve. Hay petróleo en Vietnam, en cualquier caso, en forma de abundantes depósitos marinos, y de hecho hoy el crudo de petróleo es para Vietnam el principal producto de sus exportaciones. Las grandes compañías tenían información en ese sentido desde 1933, y esto podría explicar el interés que los americanos tuvieron siempre en Indochina. Había petróleo en Chepón (Laos), en la isla de Borneo, en Birmania, en Indonesia y en Siam, vecino de Camboya y Laos. Es verdad que fueron más importantes las expectativas que la realidad, pero lo cierto es que también el petróleo estuvo latente en aquellos conflictos, por mucho que la excusa oficial fuera la de la lucha por las libertades del capitalismo contra la opresión del comunismo. La libertad de los vietnamitas le importaba bien poco, en realidad, a los americanos y a los soviéticos. El control de las fuentes energéticas, mucho más.

El Magreb, tan cercano a España, está también salpicado de intereses petroleros. Los hay claramente en Libia. Pero también en Argelia, que sufrió una de las guerras más sangrientas de África. La de Argelia fue una guerra por el petróleo. Duró casi una década y tenía como causa subyacente los ricos yacimientos petroleros argelinos, que hasta 1968, en que fueron nacionalizados, habían sido explotados por empresas petroleras francesas. Hassi Messaud fue el verdadero objetivo de la guerra de Argelia. En 1957 el yacimiento ya era conocido detalladamente. En 1959 comenzó a rivalizar con Oriente Próximo.
En 1960 se cifró en 350 millones de crudo recuperable, con una superficie explotada quince veces la de París. La guerra duró hasta que Francia la perdió. Después se cayó en la cuenta de que, pese a todo, el mejor cliente era lógicamente Francia.

Fuente: LA RAZÓN
17/04/2005

[1José Antonio Vera ha sido director del periódico «la razón», donde se ha publicado esta síntesis de su libro «La gran mentira:¿Que se esconde detrás de la guerra del petroleo ?»

  • 16 de diciembre de 2005 10:44, por fray Crates

    Mucha gente utiliza el lema «No más sangre por petróleo» pero con intenciones distintas. Creo que se puede interpretar de dos maneras:

    - «No más sangre por petróleo (para beneficio de las compañias energéticas)»

    - «No más sangre por petróleo (para mantener un modo de vida)».

    Practicamente todo el mundo interpretó el lema en el primer sentido durante la anterior guerra de Iraq, explicándola a raiz de la relación de la gente de Bush con la industria del petróleo, etc.

    Naturalmente, es posible que esta interpretación se refiera a hechos ciertos (gente que ha apoyado la guerra a cambio de beneficios personales, etc) pero es una simplificación, y si una simplificación se toma como la clave de todo, se convierte en una falsedad.

    En periódicos como «La Razón» o «El País» pueden aceptar tranquilamente esta interpretación que aunque apunta a «causas economicas» de la guerra, no las busca a nivel del sistema económico, sino como un simple caso de robo por parte de unos señores muy malos de las petroleras. En resumen, lo que busca y encuentra, consciente o inconscientemente, es un chivo expiatorio.

    Los antisionistas de turno ahora dicen que el lema es en realidad un invento del lobby judio para enmascarar el interés geopolítico de Israel en la guerra, etc, etc. Con este lema ofrecerian una «visión simplista» de la guerra que ocultaría los verdaderos intereses, etc, etc. (Si me acuerdo busco el artículo de «Rebelión» dónde se explican estas cosas). Es curioso que un analisis que vé en Israel la clave de todo acuse a otros de simplistas, pero lo cierto es que interpretación de «No más sangre por petróleo (para ladrones, para unos ladrones concretos y determinados, unos señores muy malos que parecen capitalistas con chistera)» hace aguas enseguida en cuanto la intentas aplicar a todos los hechos que rodean la guerra, y eso acaba debilitando un lema que apunta a una realidad muy importante.

    Que un ciudadano de la Unión Europea o de Estados Unidos diga «No más sangre por petróleo (para Bush)» es como decir «Yo no he sido, ha sido Periquito», ante las masas empobrecidas del planeta. Las compañias energéticas hacen su negocio precisamente para alimentar a un sistema basado en la explosión de las necesidades (Joaquin Sempere), la necesidad de sobreproducción y la necesidad de un consumo excesivo para paliar esas sobreproducción, etc, etc. Las compañias energéticas hacen su negocio precisamente en complicidad con:

    — primero, un sistema económico que se beneficia de materias primas baratas

    — segundo, un sector de la población mundial que se beneficia de ese sistema y de su inmensa capacidad de producción de artilugios y comodidades, por ejemplo, una línea ADSL y una conexión electrica que permite dedicar un tiempo a escribir este mensaje.

    Ocurre que los recursos que alimentan a ese sistema tienen unos límites físicos (los del planeta en que se asienta el sistema) y conforme se llega a esos limites se exacerba la competencia entre los candidatos a beneficarse del sistema y se hace necesario el control militar de los recursos menguantes para mantener el sistema y la adehsión de todos los que nos beneficiamos de él, al menos hasta que se dé con un sustituto (una fuente de energía barata, abundante, etc).

    En este contexto, «No más sangre por petróleo» debería significar mucho más que la denuncia de un caso de corrupción: debería significar no más vidas sacrificadas a la prolongación de un sistema de vida con fecha de caducidad, para ganar tiempo hasta que se encuentre un sustituto de los hidrocarburos fósiles (¿hidrógeno?) o hasta que se encuentre que no hay sustituto y todo el desarrollo económico capitalista se precipite en el vacio.

    El lema deberia ser como la cereza, que cuando se saca de la bolsa arrastra todas las demás cerezas; una idea de la que tirar para sacar a la luz todas las complicidades que hay detrás de la guerra, y los reales problemas que afronta la humanidad en su conjunto.

    Pero sobre todo, debería ser un recordatorio de la vanidad cósmica de todo este tinglado en que consisten la política mundial y la economía global.

  • 17 de diciembre de 2005 08:20, por Crates Roark

    El artículo que acusa al lema «No más sangre por petróleo» de distorsionar la denuncia de los motivos de la guerra está aquí. Tiene información interesante, pero también nos regala con párrafos como éste, que demuestran la capacidad del autor para «eludir las simplificaciones»:

    «Un motivo adicional para la popularidad del argumento de la guerra-por-petróleo es que cualquier referencia a Israel y los neoconservadores penetra al área tabú del poder judío y provoca la acusación letal del antisemitismo. Es obviamente mucho más seguro satanizar a la industria petrolera que hacer algo que se parezca remotamente a un comentario crítico respecto a judíos individuales o intereses judíos, incluso si no es una crítica a los judíos como grupo».

    El catedrático de geología Mariano Marzo publicó ayer en «El periódico de Catalunya», donde analiza cuál es la situación de la explotación de petróleo de Iraq. Sobre el tema del lema «No más sangre por petróleo», a la luz de las realidades de la geología, realiza la siguiente observación: «Para ilustrar esta situación de impasse, alguien ha utilizado un juego de palabras en el que la consigna sangre por petróleo era sustituida por sangre sin petróleo».

    ¿En qué consiste el impasse?: " El aumento de los precios del crudo ha significado un importante alivio para el Gobierno de Bagdad, que ha visto cómo los beneficios generados por las exportaciones se han multiplicado por tres... Hasta aquí las buenas noticias... El ministro del Petróleo iraquí, Ibrahim Bahr al-Uloum, ha sido claro al respecto: en lo que va de año, como consecuencia del sabotaje en el norte y los cortes de suministro eléctrico en la región de Basora, la extracción de crudo ha promediado 1,96 millones de barriles diarios (mbd). Una cifra que queda lejos... de los 2,6 mbd alcanzados en el 2003, justo antes de la ocupación.

    La sensación es de un cierto desánimo. No sólo porque... las previsiones para el 2006 no sean nada espectaculares (3 mbd), sino también por la sorprendente ineficacia de la masiva intervención realizada para estabilizar y aumentar la capacidad extractiva de los campos del sur del país, prácticamente a salvo de los ataques de los grupos insurgentes. Y es que los ingenieros del Ejército y de la compañía KBR desplegados tras la invasión se encontraron con un panorama desolador. La falta de mantenimiento durante el embargo y los daños sufridos por el saqueo sistemático de las instalaciones han podido solventarse con tecnología y dinero. Pero las prácticas extractivas empleadas durante la época de Sadam han arruinado los yacimientos, de forma que la solución pasa por nuevas estrategias de perforación y desarrollo que tardarán algunos años en dar sus frutos".

    El artículo continua analizando los espectaculares márgenes de beneficio que han pactado las petroleras a cambio de poder intervenir en el país, basándose en el informe que ya se trato en estas webs: http://www.nodo50.org/tortuga/artic...

    Conviene poner está cuestión de los márgenes de beneficio en el contexto de unos informes de la Agencia Internacional de la Energía que llevan varios años repitiendo el mismo mantra: «Queda mucho petróleo accesible, pero faltan condiciones para la inversión en los países exportadores»- Así, según Reuters, el economista jefe de la Agencia, Faith Birol declaró ayer: «los principales productores de petróleo la situación política es “volátil”, según Birol, lo que no motiva a los agentes extranjeros a realizar las inversiones que necesita el sector», forma sutil y delicada donde las haya de derivar de la geología un lenguaje de chantaje a gran escala.

  • 20 de diciembre de 2005 06:57, por Crates sanjines

    En http://www.crisisenergetica.org, el internauta «Sergio» llama la atención sobre esta curiosa interpretación de la victoria de Evo Morales en las elecciones de Bolivia, presentada por la «Gaceta de Negocios» (mayúsculas mias):

    "Precisamente, LA CAPACIDAD DE LA ARGENTINA REPSOL-YPF DE INCREMENTAR SU PRODUCCIÓN QUEDA EN EL AIRE TRAS EL
    DESFAVORABLE RESULTADO DE LOS COMICIOS LATINOAMERICANOS.. María Martínez, analista de Espírito Santo Research, recuerda que gran parte de las perspectivas de crecimiento en el negocio de exploración y producción de Repsol procedían de Bolivia.

    No en vano, las reservas con que cuenta Repsol en este país representan el 20% del total del grupo, mientras que contribuye al 10% del bombeo total de la compañía, como recuerda la experta.

    Una opinión similar ofrecen los analistas de JPMorgan. “El fuerte aumento de los impuestos aplicados al negocio de exploración y producción convierte los beneficios de las operaciones de las compañías extrajeras en marginales, por lo que genera dudas sobre sus expectativas de crecimiento. Este factor afecta, en particular, a Repsol”, según opinan desde la firma".

    Opiniones como éstas pueden verse como un lapsus o como un curioso ejemplo del método Agencia Internacional de la Energía de «predecir la escasez».

    Ver en línea : Noticia completa

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