Mientras el gobierno ruso continúa su ofensiva en Chechenia, bajo el disfraz de “guerra interna contra el terrorismo”, Sian Glessner reflexiona sobre las realidades de la vida cotidiana en esta tierra y nos pide que escuchemos a las personas que tienen el valor de ponerse en acción.
“Los dos montones de heno habían sido quemados; el melocotonero y el cerezo que había plantado y criado estaban rotos y chamuscados; y peor todavía, todas las colmenas y las abejas estaban quemadas. El gemido de las mujeres y de los niños que lloraban con sus madres, se mezclaban con el mugir del ganado hambriento para el que no había comida. Los niños mayores no jugaban, sino que seguían a sus mayores con ojos asustados. La fuente estaba contaminada, evidentemente con el objetivo de que el agua no pudiera ser usada. Nadie hablaba del odio de los rusos. La sensación que tenían todos los chechenos desde el más joven al más viejo, era más fuerte que el odio.” Leon Tolstoy. Hadji Murat, 1904.
“¿Quien recordará a los judíos después de todo... quién recuerda hoy a los armenios?”. Adolf Hitler.
Mientras la información de la muerte del comandante de los rebeldes chechenos Aslan Maskhadov llenaba los medios de comunicación rusos a comienzos de Marzo del 2005, un anuncio igualmente sensacional del Ministro de Defensa Sergei Ivanov pasaba inadvertido.
La presencia militar rusa en Chechenia se aumentó en 5.000 hombres, llegando a un total de 80.000. Lo que está en directa contradicción con la retórica rusa de la retirada.
Los tres últimos años, Putin y sus ministros han repetido con gran énfasis que ellos se han retirado del conflicto, dejándolo en las manos capaces del Gobierno Chechenio “independiente”.
Ellos hacen que suene como que el Gobierno Chechenio tiene el control y la guerra no es sino un recuerdo distante. En realidad, pocas cosas han cambiado desde que la segunda ofensiva fue lanzada por el Gobierno Ruso contra Chechenia en Octubre de 1999.
El juego de los números.
De acuerdo con las estadísticas rusas la Federación Rusa perdió 1.000 personas en Chechenia en el 2001 y 250 en el 2004. Los Ministros difundieron estos datos ante la prensa en un intento de distraer la atención de la continuación de la guerra. Menos personas mueren, afirman, por eso, ustedes pueden ver que está habiendo una pacificación y para las víctimas chechenas, incluso estamos pagando una compensación.
La sede central operativa de operaciones antiterroristas en el Norte del Cáucaso promulgó órdenes acerca de la reconstrucción de áreas residenciales y pago de compensaciones a las víctimas de la guerra. Pero al hablar con Oleg Khotin, jefe de la unidad provisional de la policía federal en Chechenia, nos dice que 532 de sus hombres han sido asesinados o heridos en el primer cuarto del 2004. El no habla de éxito, paz o normalidad.
El Gobierno Chechenio depende totalmente de la presencia de las tropas federales que toman cada vez más medidas punitivas contra la población de un país que ha sido llevada a la guerra y al terror por los sucesivos regímenes rusos, en un desarrollo de los hechos que supone una extraña nostalgia del primer intento del Imperio Ruso por “pacificar” la región.
Los desaparecidos.
Si Putin nos asegura continuamente que no hay más guerra en Chechenia ¿Para qué están estas tropas allí? No para la reconstrucción, como el mando operativo declara orgullosamente en su página web; las fuerzas rusas están activamente comprometidas en una campaña de “terrorismo de estado” contra la población civil de Chechenia. Human Rights Watch ha explicado esto en una reciente informe( http://hrw.org/backgrounder/eca/chechnya0305/3.htm_ ), a disposición de la O.N.U. y la Unión Europea. Human Rights Watch ha informado de 43 casos de personas desaparecidas en 2004, y cita datos del gobierno para casos similares desde 1999 de entre 3.000 y 5.000, pero el total real probablemente es mucho más alto.
Tanto si las fuerzas atacantes hablan ruso(como fue el caso de la mayoría de las desapariciones que tuvieron lugar en el período 2001-2002) o chechenio(cada vez más), los ataques actuales se desarrollan según un modelo standard como en este ejemplo tomado del informe de Human Rights Watch: “(...)en la noche del 3 de Julio de 2004, una amplio grupo de soldados llegaron al pueblo de Assinovskaia en el Oeste de Chechenia. Los soldados que, según testigos presenciales, estaban borrachos, buscaron la casa de la familia Ilaev y se llevaron a todos los hombres que estaban esa noche en la casa(Adlan Ilaev(nacido en 1987), Inver Ilaev(nacido en 1982), Rustam Ilaev(nacido en 1974) y Kazbek Bataev(nacido en 1983). También se llevaron dinero, joyas, un neumático de repuesto y una batería de coche que encontraron en la casa. Los familiares y cercanos supieron de forma no oficial que quienes llevaron a cabo la operación fueron miembros de la ““unidad nº 12 de la inteligencia militar”” y que el cuarto hombre desaparecido había sido visto en Agosto de 2004, con otros detenidos en la base militar de Khankala, localizada a las afueras de Grozny. Aunque la fiscalía local abrió un caso criminal por secuestro, hasta ahora la familia no ha recibido información oficial del destino de los detenidos o el paradero”.
No hay compensación para las víctimas, pocos procesos judiciales avanzan y muchos miles de familias son incapaces de averiguar si sus familiares, habitualmente hombres entre 18 y 60 años, están vivos o muertos. Sobre el terreno, en Chechenia, los grupos de derechos humanos(rusos o internacionales) ven su trabajo obstruido diariamente por las amenazas e intimidaciones del ejército ruso y el Gobierno ruso les acusa de estar al servicio de organizaciones terroristas internacionales.
No puede esconderse.
Las críticas de las O.N.G. u organismos internacionales parecen tener poco peso con un Presidente rodeado por un círculo cerrado de agentes del antiguo KGB que le acusan de ser demasiado liberal. Siente poca presión por las críticas de Estados Unidos o Gran Bretaña que han sido desatendidas por el ataque y la ocupación de Irak. Europa depende de Rusia por su petróleo y el suministro de gas y, por eso, Putin puede estar confiado “Ellos se lo compraban a Breznev, ellos me lo comprarán a mí”.
Al Gobierno ruso le gustaría que nos olvidáramos de que la vida en Chechenia es así. Ellos no quieren que sepamos que la ley marcial es la norma y que todo el mundo vive con miedo a la siguiente ronda de desapariciones, torturas y violaciones que son llevadas a cabo por oficiales con tanta facilidad y regularidad.
La resistencia crece.
Pero a lo largo de la Federación Rusa y otras antiguas repúblicas soviéticas, la gente se niega a seguir tragando. Se niegan a la manipulación de la propaganda antichechena que inunda con noticias dramáticas el panorama de la televisión. Demasiados reclutas han vuelto a la Madre Rusia mentalmente enfermos, físicamente mutilados o en ataúdes. Demasiados han desaparecido en combate en los campos de batalla empapados de petróleo.
Desde San Petersburgo ha Vladivostock hay constantes protestas antiguerras. La juventud de Rusia, inspirada por la “revolución naranja” de Rusia y asustados por los planes del gobierno para acabar con las exenciones por estudios para el servicio militar, se están movilizando de forma nunca vista.
Los estudiantes formaron parte de las protestas de los jubilados que causaron semanas de alteraciones en toda Rusia, en Enero; crearon páginas web que conectaban a los grupos de lugares donde estuvieran en acción y socavar los intentos del Gobierno de abandonarlos.
En el 2008, Putin debe abandonar o romper la constitución. Hay rumores de que él la reescribirá para permitirle seguir otra vez o crear un estado unificado con Bielorrusia. Es probable que después de la cumbre del G-8 en Moscú en el 2006, reformará la constitución rusa en un nuevo giro autoritario.
Debemos reconocer el excelente trabajo que se está haciendo a lo largo de toda Rusia para oponerse a esto y escuchar a quienes se atreven a ponerse en acción contra el genocidio en el Cáucaso.
Ver http://ags-cpcd.narod.ru/ (La versión inglesa).