Fuente: Indymedia UK
La Caravana, formada por 150 personas que creen en el poder de las relaciones humanas y la solidaridad, convencidos de que la aplicación de las leyes internacionales es la clave para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos. La Caravana está organizada por The International Solidarity Movement y apoyado por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU (con sede en Ginebra) y el Parlamento Europeo.
Después de pasar por Ginebra, Milán, Trieste y Liubliana, el viernes por la tarde la caravana tomó la carretera a la frontera en Bregana para pasar la noche en Zagreb, Croacia.
Mientras registraban uno de los coches, la policía encontró un arma de plástico (!) y decidió bloquear la caravana. Uno de los participantes, ciudadano palestino con domicilio en España, no tenía visado croata y ha sido detenido e interrogado por policía secreta.
Después de la intervención de las embajadas francesa y alemana, por un momento pareció que dicho visado sería facilitado por las autoridades croatas. Sin embargo, la policía rechazó permitirle la entrada al país, así que los demás pasajeros respondieron con legítima desobediencia civil, decidiendo permanecer en la frontera. En ese momento en el paso de frontera hay alrededor de 30 policías, algunos de los cuales actúan de forma agresiva, maldiciendo y amenazando a periodistas croatas con detenerlos y con emplear la violencia. Después del ultimátum de la policía para que regresaran a Eslovenia con todos los vehículos en menos de un minuto, los miembros de la caravana se reunieron junto al autobús, levantando sus manos como signo de protesta. La policía comenzó a empujar y golpear al grupo reunido, incluyendo niños pequeños y personas mayores.
El ciudadano palestino fue violentamente secuestrado, denegándole el contacto con su abogado (algo que contraviene la ley croata). Fue introducido en un coche y deportado de vuelta a Eslovenia. Después un retraso de siete horas, la Caravana, acompañada por la policía, se dirigió al campamento desde donde debían salir hacia Belgrado por la mañana.
Además de las palabrotas y los golpes, la policía croata mostró un elevado nivel de intolerancia y falta de profesionalidad.
Así es como la Caravana ha entrado en los Balcanes, una región que tendría que haber aprendido ya que se debería apoyar cualquier pequeño esfuerzo por la paz.