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Cthuchi Zamarra.

La escalada de la violencia: El inicio de la Segunda Intifada

La escalada de la violencia: El inicio de la Segunda Intifada

En la reciente historia de la Intifada de Al Aqsa o Segunda Intifada, se puede considerar que ha habido dos momentos especialmente críticos en los que se han producido un incremento en cantidad y forma de la violencia.. El primer momento sería la represión violenta de las manifestacioanes en los primeros meses de la misma, a finales de 2000, en los que se ensayó el modelo de represión sangrienta y se ponía fin a una fase pacífica del conflicto. El segundo momento serían marzo, abril mayo y junio del 2002 en los que se puso en marcha la Operación Muro Defensivo mediante la cual se reocupó Cisjordania. En ese momento, especialmente con la destrucción del campo de refugiados de Jenin en abril, se consolidó otro modelo de incursión en las que además del asesinato indiscriminado hasta entonces corriente se usaba la destrucción total como práctica y medida disuasoria. A pesar de que el modelo en cuestión ya se había ensayado con éxito en incursiones anteriores, no había alcanzado el grado de destrucción que se alcanzó en esta ocasión. Así pues, estos dos momentos, los primeros días de la Segunda Intifada y la Operación Muro Defensivo ha supuesto no sólo un hito cuantitativo en cuanto a número de víctimas y crímenes de guerra, sino también un cambio cualitativo en cuanto a las tácticas empleadas por las Fuerzas de Defensa Israelí (IDF). Este aumento progresivo y escalonado de la violencia por parte de estas se debe, tal y como denunciaba el pacifista israelí Michel Warschawski, a que «cada operación tiene también por objetivo probar las reacciones tanto de la opinión pública israelí como de la comunidad internacional, e imponer, dada la ausencia de reacciones muy críticas, un nuevo grado de violencia» (1). De este modo cada uno de estos dos momentos, el inicio de la Segunda Intifada y la Operación Muro Defensivo, ha supuesto un vuelta de tuerca más en la escalada de violencia, como confirma la operación «Continuando la Historia» a principios de 2004.

El inicio de la Segunda Intifada

Como sabemos, la visita de Sharon a la Explanada de las Mezquitas (Haram Al Sharif) dio comienzo al periodo de violencia conocido como Intifada de Al-Aqsa, en referencia a la gran mezquita que hay en lo que para los judíos es conocido como el Monte del Templo. En este lugar, en la colina de Sión, cuenta la tradición judaica que se levantaba el Templo de Salomón emplazado en el lugar donde Abraham trató de sacrificar a su hijo Isaac, mientras que para la tradición musulmana este fue el lugar donde Mahoma ascendió al cielo y constituye el tercer lugar sagrado del Islam, tras Medina y La Meca. La visita de Sharon a la Explanada de las Mezquitas implicaba una provocación a la comunidad palestina, cuya religión mayoritaria es musulmana, pues Sharon no era simplemente un judío conservador aspirante a primer ministro, sino un criminal de guerra que aspiraba al desplazamiento total de los palestinos en lo que él llama públicamente «finiquitar la guerra del 48». El caso es que Sharon había tenido un protagonismo especial como general en la guerra del 67 y había sido destituido de su puesto de Ministro de Defensa bajo el primer gobierno del Likud por su responsabilidad personal en la matanza de Sabra y Shatila en 1982, perpetrada por falangistas cristianos libaneses sobre dichos campos de refugiados palestinos en el Líbano.

Para estudiar el resurgimiento de la violencia generada por esa visita, en la cumbre de Sharm el Sheikh se formó una comisión de investigación encabezada por miembros del senado de los Estados Unidos, el presidente de Turkía, el ministro de asuntos exteriores noruego y Javier Solana como representante de la UE. El resultado de esta investigación fue el llamado Informe Mitchel, que intentaba identificar los problemas que impedían la vuelta a las negociaciones y que achacaba las causas de la escalada de violencia no a la visita de Sharon propiamente dicha a la Explanada de las Mezquitas, sino al uso de armas letales por parte de la policía en la represión de las manifestaciones acaecidas al día siguiente.

«La visita de Sharon no provocó la Intifada de Al Aqsa, pero su mal momento y su efecto provocador debería haber sido previsto; en efecto, estos fueron previstos por aquellos que reclamaron que la visita fuese prohibida. Más significativos fueron los acontecimientos que tuvieron lugar a continuación: la decisión de la policía israelí de emplear medios letales contra los manifestantes palestinos y el consiguiente fracaso de cada parte, como hemos señalado más arriba, de ejercer la contención.»(2)

En el informe de la comisión de las Naciones Unidas que en Noviembre de 2000 visitó Palestina, y en otros similares elaborados por otras organizaciones de derechos humanos, se puede comprobar una patente militarización del conflicto como seña de identidad de la presente Intifada, en la que ha aumentado radicalmente el nivel de violencia. Ello está en concordancia con las conclusiones del Informe Mitchell sobre el uso de munición letal, que habría aumentado la ola de protestas palestinas de tal modo que, al ser respondidas con más violencia israelí, incitó la acción de grupos violentos de milicianos armados y suicidas con explosivos. Hay que señalar que como se puede observar las autoridades del ejército israelí en su explicación a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas invertían el orden de los acontecimientos señalando que fueron primero los palestinos los que militarizaron sus manifestaciones de protesta para provocar apoyo internacional ante la segura represión sangrienta:

«En cuanto al modelo de violencia, los oficiales de las FDI las describieron como una situación iniciada con el arrojamiento de piedras que rápidamente evolucionó hacia los ataques armados. Mientras la Intifada previa ha implicado exclusivamente lanzadores de piedras que fueron neutralizados utilizando técnicas antidisturbios, ahora los palestinos están armados y varios incidentes tienen una mezcal letal de lanzadores de piedras y francotiradores. Se señaló que de los 5.085 ataques contra asentamientos israelíes, cerca de 1.400 utilizaron armas de fuego y cócteles molotov.»(3)

Este argumento incurre tendenciosamente en el fallo lógico de no considerar que la respuesta armada de los milicianos palestinos no comenzó hasta que habían fallecido ya unas cincuenta personas, sobre todo niños y adolescentes, por el uso de munición letal para reprimir las manifestaciones. Por el contrario, Barak, al permitir la visita de Sharon al Monte del Templo, que desde muchos organismos había sido desaconsejada por el clima de crispación ante el bloqueo de las negociaciones de paz y la persistencia de la ocupación, sí que podía imaginar que las manifestaciones iban a ser masivas, de modo que al ordenar la represión sangrienta lo que pretendía era «castigarlos por haberse atrevido a rechazar su plan de paz con <>. (...) ¿con que derecho han osado a desacreditarlo y hacerle perder las elecciones»(4).

Operación Muro Defensivo:

Poco más de un año más tarde, ya durante el gobierno Ariel Sharon, mediante la Operación Muro Defensivo (también traducido a veces como «Cinturón Defensivo» o «Escudo Defensivo»). tuvo lugar una reocupación de Cisjordania en las que las ciudades de Jenin y Nablus fueron especialmente castigadas y se puso cerco a Arafat en la Mukata en Ramala. A partir de entonces la destrucción de viviendas con personas dentro, el bloqueo de ayuda médica o el uso de palestinos civiles como escudos humanos se convirtieron en prácticas habituales de las IDF, añadidas a su ya extenso currículum de homicidios ilegítimos, torturas y demás crímenes de guerra. El Informe de Amnistía Internacional sobre la operación Muro Defensivo pone de manifiesto la extrema vulneración de los derechos humanos en los abundantes crímenes de guerra cometidos en esas fechas en el amparo de la impunidad que reina en las incursiones israelíes.

«El 29 de marzo de 2002, las Fuerzas de Defensa emprendieron una nueva ofensiva, la»Operación Muro Defensivo«contra las poblaciones palestinas. La ofensiva comenzó con un ataque contra el cuartel general de Yaser Arafat en Ramala. Seguidamente las IDF entraron en Belén, Tulkarem y Qualquilya el 1 de abril, y en Jenin y Nablus en la noche del 3 y 4 de abril. Las IDF declararon esas zonas»áreas militares cerradas" y prohibieron el acceso del mundo exterior, incluido el acceso de los servicios de ayuda médica y humanitaria. La población de Jenin permaneció aislada entre los días 4 y 15 de abril; el casco antiguo de Nablus prácticamente de forma ininterrumpida del 3 al 22 de abril. Las IDF cortaron el suministro de agua y electricidad de las mayoría de las zonas, e impusieron toques de queda estrictos a los residentes de las ciudades.

(...) Desde el primer día no se pudieron enterrar los cadáveres de las víctimas ni se pudo dispensar atención médica a los heridos en Jenin y Nablus. Los cadáveres permanecían en las calles debido a que los residentes que se atrevían a salir para asistir a los heridos o recoger a los muertos se convertían en blancos de los disparos de las IDF. Los tanques a su paso por las calles estrechas demolían implacablemente los muros externos de las casas, causando destrozos en gran parte arbitrarios e innecesarios. En el curso de a una atroz operación a gran escala las IDF demolieron, derruyeron con explosivos y apisonaron con máquinas excavadoras del ejército una amplia zona residencial del campo de refugiados de Jenin; según parece, gran parte de la operación se llevó a cabo tras cesar los enfrentamientos." (5)

Estos últimos sucesos son los mismos que se narran en la película «Jenin Jenin», prohibida y censurada no sólo en Israel, donde se ha prohibido su exhibición comercial, sino también en la cadena franco-alemana ARTE, en la que a por presiones del lobby judío francés tuvo que suspender su emisión programada. En ella el conocido actor árabe-ísraelí Muhammad Barkha habla con los habitantes de Jenin poco después de la incursión y reconstruye los hechos en las ruinas del campo de refugiados, convertido en una gran explanada tras el ataque. Más adelante hablaremos más sobre estos hechos, pues ahora interesa resaltar que estos sucesos no constituyen hechos aislados, sino que tal y como reitera el propio informe de Amnistía Internacional «muchas de estas violaciones han sido cometidas de forma sistemática y generalizada, en aplicación de una política de gobierno (algunas, como los homicidios selectivos o las expulsiones, fueron realizadas en aplicación de una política declarada públicamente)». Así mismo dicho informe también señala un amplio repertorio de violaciones sistemáticas de los derechos humanos: «homicidios ilegítimos, tortura, y malos tratos; detenciones arbitrarias; juicios injustos, castigos colectivos tales como la clausura punitiva de zonas y la demolición de viviendas; destrucción a gran escala y arbitraria de bienes; expulsiones y trato discriminatorio hacia palestinos en comparación con el trato dispensado a los colonos israelíes». Por otro lado, el relato de una voluntaria norteamericana del Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM), organización de acción noviolenta a la que pertenecían los activistas asesinados Rachel Corrie (norteamericana) y Tom Hurndall (británico), en el que describe los efecto de una incursión militar en la ciudad de Tulkarem a finales de mayo de 2003, nos permite observar cómo el modelo de incursión destructiva empleado por primera vez en la operación Muro Defensivo se usa ya de forma rutinaria por parte de las IDF en las incursiones de castigo.

"En el campamento de refugiados de Tulkarem, el miércoles fue el quinto día de incursión militar del ejército israelí. Durante la incursión en el campo los soldados saquearon casas, impidieron a las ambulancias recoger a los heridos, varios niños de las casas ocupadas fueron brutalmente agredidos (se desconoce si hay alguna víctima). Voluntarios de ISM dieron testimonio de las consecuencias que el ejército causó visitando cinco de las familias cuyas casas habían sido saqueadas por los soldados hebreos. Los voluntarios observaron el daño innecesario hecho sobre las pertenencias de las familias palestinas, armarios rotos, televisores y refrigeradores, fotografías, marcos y vasos estrellaron, y se cebaron en la destrucción de artículos religiosos.

En una de las de las casas forzaron a los miembros de la familia a introducirse en un cuarto diminuto, incluyendo una mujer mayor con problemas de corazón y dos niños donde aún permanecen encarcelados, cuando las temperaturas alcanzan en esta época del año mas de 30 grados, negándoles el acceso al agua fría, comida o leche para los bebés. A partir de las 20:00h del 28 de mayo, las fuerzas israelíes y la Policía Fronteriza dispararon a nueve niños, seis con munición reglamentaria y tres con las balas de caucho. Los niños van de siete a dieciséis años de edad. Uno de los muchachos sangró casi hasta la muerte, ya que la Policía de Frontera negó el acceso de la ambulancia y uno permanece en estado crítico. Esta es la segunda operación a gran escala en el campo de refugiados de Tulkarem en los dos últimos meses." (6)

Hemos visto como en estos informes la especial saña con la que los soldados de la IDF se ceban en las operaciones de castigo, sin distinguir entre sus víctimas y asesinando indiscriminadamente. En estos también se cita la muerte durante la reocupación de Cisjordania de 250 israelíes, de los que 164 eran civiles, incluidos 32 niños, cosa que confirma las voces de las pancartas de grupos pacifistas israelíes que claman que «la ocupación nos están matando a todos», corroborando el principio gandhiano de la que la violencia genera violencia. Se puede observar como cada muerte acaecida en cada parte se usa como legitimación de nuevos asesinatos contra la otra parte, entrando una espiral de violencia de la que es muy difícil salir. Sin embargo hay que tener la suficiente perspicacia como para poder diferenciar y discriminar las diferentes forma de la violencia sin tener por ello que legitimar algún tipo de la misma.

De este modo se puede observar que en lado israelí la violencia ilegítima, proviene sobre todo de las IDF, aunque también existen milicias paramilitares de los colonos que actúan bajo la cobertura de estas. Sin embargo la presentación mediática de la violencia, tanto en Israel como en Europa y los Estados Unidos, sólo califica de terrorismo, con la carga de ilegitimidad que ello conlleva, la violencia de los grupos armados palestinos, siendo mucho grave, por ser más dañina y ser la que inicia la espiral, la violencia sistemática llevado a cabo por parte de un gobierno que cuenta con el apoyo de las democracias occidentales al facilitar su acción colonial en todo Oriente Medio. Basándose en el derecho legítimo a la seguridad el gobierno de Sharon está llevando a cabo ofensivas que llevan al extremo de permitir a los soldados que disparen a los niños que salen de la escuela, tal y como detalla el informe de ISM del día posterior al anteriormente citado sobre la incursión en Tulkarem, en el que Radhica, señalaba que contra lo que se pudiera pensar, no estaban atacando con piedras a los invasores, sino que simplemente volvían de la escuela, actividad para la cual necesitan acompañamiento de observadores internacionales que, por la subversiva actividad de actuar como escudos humanos, son perseguidos y arrestados.

Notas:

1) Michel Warschawscki. «Jenin como modelo» en Igancio Álvarez Ossorio (editor): «Informe sobre el conflicto de Palestina. De los acuerdos de Oslo a la Hoja de Ruta». Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Madrid 2003. Página 75.

2) VVAA: «Informe Mitchel». En Ignacio Álvarez Ossorio (editor): «Informe sobre el conflicto de Palestina. De los acuerdos de Oslo a la Hoja de Ruta». Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Madrid 2003. Página 401.

3) Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: «La violación de los derechos humanos en los territorios ocupados árabes, incluida Palestina. 29 de Noviembre de 2000.» en Ignacio Álvarez Ossorio (editor): «Informe sobre el conflicto de Palestina. De los acuerdos de Oslo a la Hoja de Ruta». Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Madrid 2003. Página 457.

4) Michel Warschawscki. Ibidem Página 76

5) Amnistía Internacional. «Israel y los Territorios Ocupados. Violaciones de derechos humanos cometidas por las Fuerza de Dfensa israelíes en Jenin y Nablus» en Ignacio Álvarez Ossorio (editor): «Informe sobre el conflicto de Palestina. De los acuerdos de Oslo a la Hoja de Ruta». Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Madrid 2003. Páginas 306 en adelante.

6) ISM, Territorios Ocupados, Radhica. «Terror en Tulkarem: Incursión israelita» Traducción: Daniel Viana Silva. 28 de mayo de 2003. Inédito.

  • 23 de octubre de 2013 23:12

    hola saben que nesecito las consecuencias y un poco de desarrollo sobre la segunda intifada es para un trabajo urgente seria genial qe me ayudaran muchas graciaaas!!! <3

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