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Comunidades de Autodeterminación, Vida Dignidad del Cacarica- CAVIDA

Zonas Humanitarias de CAVIDA de Cacarica, en el Bajo Atrato, en el departamento de Chocó, Colombia.

Zonas Humanitarias de CAVIDA de Cacarica, en el Bajo Atrato, en el departamento de Chocó, Colombia.

¿Quiénes somos?

Las comunidades de Autodeterminación, Vida, Dignidad del Cacarica, CAVIDA, somos 1.200 campesinos y campesinas, mayoritariamente afrodescendientes, retornados luego de haber padecido el asesinato y desaparición forzada de 85 hermanos y hermanas nuestras desde el desplazamiento forzado del que fuimos víctimas del 24 al 28 de febrero de 1997, causado por la «Operación Génesis» del a Brigada XVII del Ejército en conjunto con paramilitares.

Poseemos título colectivo a través de la Ley 70 de 1993, entregado por el Gobierno Nacional el 15 de diciembre de 1999; somos los dueños de 103.024 hectáreas de tierra, sobre las que hay muchos intereses económicos como el canal interoceánico Atrato-Truandor, la carretera panamericana, los proyectos agroindustriales de la Palma Aceitera, la explotación ilegal de la empresa Maderas del Darién, la explotación del arracaho, todos esto como la propuesta «social» de los desplazadores, que han querido imponernos a través de cuatro incursiones irregulares de la estrategia paramilitar, la quema de 42 mil libras de arroz, el robo de bienes comunitarios. Ahora lo quieren imponer ya no sólo como el asesinato y desaparición forzada, con los bloqueos económicos, ahora quieren imponer su propuesta militar regular desde el 13 de mayo de 2003, con montajes, comprando testigos falsos que declaran en contra de nuestra organización señalándolos como guerrilleros, ofreciendo dinero a nuestros jóvenes para que hagan parte de la red de informantes del ejército, anunciando órdenes de captura en contra de miembros de nuestra comunidad y de nuestros acompañantes de Justicia y Paz, anunciando nuevas incursiones paramilitares.

Nuestra decisión sigue siendo la misma, resistir de manar civil no violenta como pobres con dignidad afirmando nuestros derechos, defendiendo el Territorio de Vida, para ello hemos diseñado una propuesta de protección a través de Zonas Humanitarias como lugar exclusivo de la población civil de CAVIDA, territorios delimitados simbólicamente por una Malla de la Vida y con la presencia de hermanos y hermanas del mundo sabemos que en las zonas humanitarias lo que hay es un proyecto de vida, con cinco principios que hacen posible nuestra Autodeterminación, nuestra Vida, nuestra Dignidad, los principios de la Verdad, Libertad, Justicia, Fraternidad, Solidaridad. Nuestras Zonas Humanitarias han sido hasta ahora la posibilidad de continuar resistiendo en nuestro Territorio después de la incursión de junio de 2001 por paramilitares. Tenemos derecho a trabajar en lo que es nuestro, a vivir en lo que nos pertenece, nosotros sabemos que en el bajo Atrato chocoano propuestas como la nuestra son vistas por los desplazadores como un obstáculo para realizar sus proyectos «sociales» que solo benefician a los que están detrás de la implementación de megaproyectos económicos y proyectos industriales como el de la Palma Aceitera y la explotación irracional de los recursos maderables.

A partir de los encuentros internaciones que han tenido lugar en Cacarica, hemos iniciado una propuesta de Red de Alternativas a la Globalización Excluyente y a la Impunidad, de la cual participan unas cincuenta organizaciones campesinas e indígenas de Colombia, de América, de Europa, como el Movimiento de los Sin Tierra del Brasil, Cripdes del Salvador, Expresos de Chile, Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, Movimiento de los Hijos de Argentina, Las Abejas de Chiapas y el CIPO de Oaxaca, organizaciones campesinas indígenas de Panamá, el Remhi de Guatemala, el movimiento Tohallí de Ecuador, La familia Shuar de la Amazonia, organizaciones campesinas e indígenas del Cauca, del valle, de Santander del Choco, de Antioquia, del Nariaño, del Meta, de Putumayo, de Bogotá.

A nuestras zonas humanitarias han llegado, han visto, han oído, han sido testigos del proyecto de vida que acá construimos Iglesias de Estados Unidos, de Europa, de El Salvador, de México, de Argentina. Obispos de los pobres han estado acá, como en la pasada navidad que estuvo Monseñor Tomas Gumbleton de Estados Unidos, pastores, religiosos, religiosas, hombres y mujeres creyentes en la búsqueda de la justicia y en la construcción de un mundo nuevo. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organizaciones y agencias internacionales humanitarias y de cooperación, funcionarios del Gobierno y Estado colombiano, la Defensoría del Pueblo y todas as instituciones que hacen parte de la Comisión Mixta de Verificación a los acuerdos firmados con el gobierno colombiano para garantizar nuestro retorno. Todos ellos han conocido, son testigos de la construcción de nuestro proyecto de Vida a pesar de las incursiones, amenazas, asesinatos, desapariciones, bloqueos económicos, señalamientos, acusaciones falsas, procesos de criminalización, de la presencia permanente militar irregular y regular, de los intereses económicos de empresas y multinacionales.

Creemos que con nuestro Proyecto de Vida, con nuestras Zonas Humanitarias, con Nuestra Malla de Vida, con nuestra pobreza con Dignidad, con el Cordón Humano, con el acompañamiento, con los encuentros internacionales y hermanamientos con otras organizaciones nacionales e internacionales, podremos seguir resistiendo, podremos fortalecer las propuestas humanitarias en la guerra, podremos buscar salidas a las causas de la guerra, podremos seguir soñando con la justicia, podremos seguir defiendo el territorio y su biodiversidad que es patrimonio de la humanidad, podremos pensar un mundo donde los pueblos ejercemos nuestra autodeterminación, nuestra Vida y Dignidad, un mundo donde los pueblos se abracen.

¿Cómo estamos organizados?

Como CAVIDA, nuestra organización interna se basa en los cinco principios de nuestro Proyecto de Vida, Libertad, Justicia, Fraternidad, Solidaridad, nos hemos organizado internamente en Asamblea General como máxima instancia de decisión, la cual elige una coordinación general compuesta por 26 coordinadores (13 por cada zona humanitaria), con 26 apoyos de coordinación. La coordinación es la encargada, a partir de diferentes comités, de ejecutar las decisiones de la asamblea. Dentro de la coordinación existen comités de economía, de relaciones internacionales, de mujeres, de jóvenes, de niños y niñas, de patriarcas y matriarcas, de educación, de comunicación, etc. Desde la coordinación se anima los diferentes combos y equipos de trabajo que hay en la comunidad, la Justicia Comunitaria, los combos de mujeres, de niños, de jóvenes, de comunicación, de educación, de salud natural, de motoristas, de trapiche, de trilladora, de trabajos comunitarios, de catequistas, de patriarcas y matriarcas, de deportes, de cultura, de saneamiento, de promotoras de salud, de los demás combos de economía como el de arriaría, cerdos etc.

La coordinación delega a miembros de la comunidad para que realicen la representación nacional e internacional de CAVIDA en reuniones y eventos, en encuentros, en la interlocución con el gobierno, con otras organizaciones y agencias, con iglesias.

Como CAVIDA, tenemos personería jurídica nº 582 y una junta directiva, compuesta por un presidente, un vicepresidente, un tesorero, un fiscal y un vocal, elegidos por la Asamblea. Nuestras decisiones se inspiran en los principios del decidir y participar: mandar obedeciendo; escuchar con atención; comunicar con claridad, asumir sin desconocer, decidir desde todos y todas por igual, hombres y mujeres, niños y niñas, patriarcas y matriarcas. Las mujeres tienen un papel protagónico en nuestra organización interna, en todos los espacio de consulta, decisión y trabajo, cerca de la mitad de la coordinación son mujeres.

Durante los cinco años de nuestro retorno hemos logrado construir un proyecto de vida en condiciones de guerra no ha sido fácil, pero afortunadamente hemos contado con el apoyo de varias organizaciones, hermanos y hermanas de la red del mundo, religiosos y religiosas, agencias internacionales y nacionales. Nuestra propuesta es una propuesta integral, nos pensamos afirmando nuestros derechos en el Territorio, no sólo el derecho a que no nos maten con balas sin también al derecho a que no nos maten por hambre, por bloqueos económicos y propuestas de «desarrollo social», de «progreso» en la lógica de los desplazadores, por ello junto al proyecto de vida hemos construido una propuesta de economía en la guerra que consta de cinco principios: el dinero no lo es todo, el trabajo es sagrado, cada quien recibe según su aporte la vida humana es sagrada, cada cual recibe para satisfacer sus necesidades básicas, la naturaleza merece respeto, la economía familiar, economía colectiva, comercio justo, mercado solidario. Desde estos cinco principios nos pensamos en una economía que sea justa, que nos pueda brindar condiciones para continuar resistiendo en nuestro territorio, que nos brinde condiciones reales para seguir construyendo una propuesta humanitaria, de autodeterminación en la guerra, que con nuestra propia economía podamos tener las condiciones para continuar diciendo a las propuestas de «progreso y desarrollo» de los desplazadores; Resistencia, pobreza con dignidad, encomia familiar y comunitaria en un mercado justo y solidario.

En la búsqueda de la justicia y reparación, por los hechos acaecidos en la operación génesis hemos llevado nuestros casos a la Procaduría General de la Nación y a la Fiscalía, pero nuestros esfuerzos han sido en vano, pues el señor fiscal archivó nuestros casos por supuesta falta de testigos, cuando nosotros en su momento entregamos las pruebas y testimonios de lo ocurrido y por amenazas a sus vidas nos tocó sacar fuera del país a los testigos y de manera irreversible todos los documentos hablados y escritos se perdieron en las oficinas de la Procaduría de Bogotá. Vale la pena resaltar que antes estos hechos la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos formula para el gobierno medidas cautelares para nosotros.

Durante los cuatro años de nuestro retorno hemos tenido muchas dificultades para lograr mantener nuestra economía familiar y comunitaria. La presencia militar irregular y regular del Estado en nuestro territorio ha impedido que podamos cultivar con libertad nuestros productos, la quema de nuestras cosechas de arroz por los paramilitares, el bloqueo económico desde Turbo y en Tumaradó que ha impedido tanto la salida normal de nuestros productos como el ingreso de artículos de consumo familiar que necesitamos comprar porque no los produce la tierra, el control de los militares sobre nuestras zonas de cultivo, el robo de nuestros productos y el daño de varios cultivos de pan coger. A partir de este año nuestras zonas de cultivo se han visto restringidas por el avance de la presencia militar de ejército y los paramilitares, estos últimos vienen ocupando ahora la zona de La Balsa, los alrededores de Balsajira donde varias familias teníamos cultivos de pan coger y ahora existe un proceso de repoblamiento.

A pesar de las dificultades continuamos buscando fortalecer nuestra propuesta de economía en la guerra, nuestra propuesta de Resistencia Civil Popular como Población Civil, nuestras Zonas Humanitarias como expresión del principio universal de distinción de la población civil en la guerra, nuestro Proyecto de Vida con Autodeterminación y Dignidad, para ello necesitamos seguir contando con el apoyo solidario de los humanos del mundo.

COMUNIDADES DE AUTODETERMINACIÓN, VIDA, DIGNIDAD DEL CACARICA
CAVIDA

  • 4 de marzo de 2010 00:36, por Juan

    Soy un artista audiovisual y comunicologo y quisiera hacer un trabajo sobre la comunidad y su forma de organización. Sabrá alguien decirme como llegar hasta algún representante de CAVIDA???

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