casco insumissia fusil roto
x
casco insumissia fusil roto

Para ponerse en contacto con nosotr@s envíanos un email a noticias @ antimilitaristas.org.

Materiales de consulta, diez años después de la guerra en los Balcanes.

¿Quién vigila a los pacificadores? (Peace News)

¿Quién vigila a los pacificadores? (Peace News)

Cuarto texto seleccionado de «operaciones posbélicas», en el Peace News 2457. Es un artículo de Amnistía Internacional en el que se expone la extensión de las violaciones de derechos humanos perpetradas por las fuerzas «de paz» en diferentes lugares. La segunda parte del artículo habla sobre la implicación de las fuerzas de la KFOR y la SFOR en el establecimiento del tráfico sexual de mujeres en los Balcanes.

(7/1/05)

¿Quién vigila a los pacificadores?

Amnistía Internacional

Durante la última década la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha jugado un creciente papel en las operaciones internacionales de mantenimiento de la paz.
El primero de tales despliegues, sancionado por la ONU, fue en Bosnia-Herzagovina tras el acuerdo de Dayton en 1995. El segundo empezó en 1999 en Kosovo y fue sancionado por la ONU en junio tras el bombardeo de Yugoslavia liderado por la OTAN. Ambas misiones continúan activas a pesar de que la SFOR (Stabilisation Force) en Bosnia-Herzegovina cederá el mando a una fuerza de mantenimiento de paz de la UE el 2 de diciembre de 2004, quedando sólo una pequeña fuerza de l OTAN y un contingente de EEUU.

Amnistía Internacional ha mostrado repetidamente su preocupación, tanto a la OTAN como a los gobiernos que la componen, acerca de ocasiones en las que sus fuerzas de mantenimiento de la paz tanto en Kosovo como en B-H han fracasado en cumplir la ley internacional de derechos humanos, particularmente en relación a su práctica y política de detenciones. Éstas se han convertido en arrestos ilegales y arbitrarios tanto de la KFOR como de la SFOR. LA KFOR y la SFOR no sólo han fracasado en respetar los derechos de los detenidos -por ejemplo, no facilitando el acceso a abogados o con los miembros de la familia- sino que también les han denegado el acceso a un tribunal que pudiera determinar la legalidad de su detención. En algunos casos, ha habido también alegaciones de malos tratos a los detenidos por parte de miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz.

Violaciones de los derechos de los detenidos

En febrero de 2000, tras los disturbios en Mitrovica (Kosovo), alrededor de 49 personas -incluida una mujer y dos niños- fueron detenidas por miembros franceses de KFOR en un gimnasio, algunas de ellas durante más de 5 días. Tras la primera noche de detención, los detenidos declararon que todos los soldados que les vigilaban -que permanecieron detrás de ellos y estaban armados con fusiles de asalto- se pusieron máscaras. Se sometió a las personas detenidas a condiciones de baja temperatura y se les obligó a sentarse en sillas de cara a la pared, prohibiéndoles mirar alrededor o hablar. Cuando necesitaban ir al lavabo, los soldados les agarraban con una llave de muñeca y les bajaban la cabeza. Algunos detenidos dijeron que no se les permitió levantarse y caminar por la habitación hasta el tercer día de detención. Ninguna de estas personas fue posteriormente acusada de nada.

Tres hombres arrestados por la KFOR en diciembre de 2001 denunciaron haber sido maltratados -uno de ellos declaró que había sido golpeado y pateado repetidamente- durante su arresto por los Carabinieri italianos, y posteriormente trasladados en helicóptero con los ojos vendados y encapuchados al centro de detención de la KFOR en el cuartel de EEUU de Bondsteel: uno de los detenidos temió ser arrojado del helicóptero. Durante las seis semanas de detención, se mantuvo aislados a los tres hombres, y fueron sometidos a privación de sueño y a repetidos interrogatorios, incluido uno a cargo del FBI (cuatro hombres bosnios arrestados en mayo de 2001 por la SFOR en la base Eagle de EEUU en Tuzla como sospechosos de planear una acción terrorista también fueron interrogados por el FBI). Aunque a los tres hombres detenidos por la KFOR se les permitió finalmente telefonear a sus familias, se les denegó la asistencia de un abogado y el acceso a un tribunal. Los tres fueron retenidos bajo la Directiva de Detención 42 de COMKFOR, que permite a la KFOR mantener hasta 30 días detenidos a sospechosos sin ningún recurso a una revisión judicial.

En este caso -en que los hombres fueron aparentemente arrestados bajo sospecha de estar implicados en el atentado contra el USS Colé- las fuerzas de EEUU, en particular, parecen haber traspasado su mandato de la ONU para seguir la «guerra contra el terror» de EEUU. Similarmente, en B-H, las fuerzas de EEUU también estuvieron implicadas en el traslado -en violación de una sentencia de la Sala de Derechos Humanos de B-H- a la base de Guantánamo de 6 argelinos en enero de 2002. Los hombres había sido arrestados como sospechosos de planear un ataque contra la embajada de EEUU en Sarajevo, pero cuando la embajada fue incapaz de proporcionar prueba alguna, el juzgado bosnio ordenó la puesta en libertad de los 6 hombres. Esa misma tarde del 18 de enero, fueron puestos en manos de fuerzas de EEUU que los transportaron, primero a la base Eagle de EEUU-SFOR en Tuzla, y después a la base de Guantánamo.

Inmunidad para las fuerzas de mantenimiento de paz

Tanto en Kosovo como en Bosnia-Herzegovina, lugares donde la comunidad internacional ha sido encargada de la protección y promoción de los derechos humanos y el gobierno de la ley, todo el personal militar y de la ONU, incluida la policía civil, contratistas y los equipos de determinadas organizaciones internacionales son inmunes a la persecución judicial. En Kosovo, esta inmunidad está encerrada en un reglamento de la ONU, pero disposiciones para dicha inmunidad son usadas rutinariamente en todas las operaciones de mantenimiento de paz bajo la Convención sobre Privilegios e Inmunidades de la ONU, y, por ejemplo, los acuerdos de Estatuto de las Fuerzas de la OTAN (NATO Status of Forces).

Esta presunción de inmunidad significa que el personal civil y militar de la ONU sospechoso de violaciones de derechos humanos u otros delitos es raramente procesado; en Kosovo, por ejemplo, la inmunidad frente al procesamiento puede ser levantada si se considera que «impide el desarrollo de la justicia», por el secretario general de la ONU o, en el caso de la KFOR, por el comandante nacional que corresponda. Aunque el secretario general de la ONU ha levantado la inmunidad en unos pocos casos para investigar acusaciones contra miembros de la policía civil de la ONU en Kosovo, solamente en algunos casos -uno de asesinato y otro de tortura, por ejemplo- ha sido procesado en Kosovo personal de la ONU.

Solamente un miembro de KFOR ha sido procesado -y posteriormente condenado en corte marcial, llevada a cabo en una base de EEUU en Alemania, en lugar de en Kosovo. Fue el caso de un soldado estadounidense que violó y mató a una niña albanesa de 12 años. El procesamiento es visto como una responsabilidad nacional en lugar de como una responsabilidad de KFOR, y aunque los soldados implicados en procedimientos disciplinarios por violación de derechos humanos han sido enviados de vuelta sus países en algunas ocasiones, ninguno de ellos ha sido procesado. Seis soldados de EEUU encontrados recientemente responsables de malos tratos a un hombre serbio - al que maniataron y vendaron los ojos en una pocilga- fueron simplemente devueltos a casa.

En sólo una ocasión ha sido puesto ante un tribunal nacional un miembro de KFOR o SFOR acusado de violaciones de derechos humanos en el ejercicio de su misión. El 7 de abril de 2004 el Alto Tribunal del Reino Unido sentenció que el gobierno británico debía pagar compensaciones a dos hombres heridos en 1999 cuando tropas británicas de la KFOR abrieron fuego contra el coche en que viajaban; otros dos pasajeros que iban en el mismo coche murieron a causa de los disparos.

Una investigación de la policía militar británica exculpó de su responsabilidad a los tres soldados por abrir fuego. Sin embargo, basándose en testimonios directos y hallazgos forenses «extremadamente poderosos», el juez sentenció en un procedimiento de faltas que los soldados causaron el daño injustificada y deliberadamente. Los soldados no estaban bajo amenaza de ser disparados cuando abrieron fuego y que no había motivos racionales para pensar que lo serían. Textualmente, la sentencia señala que «... el uniforme de la reina no es una licencia para cometer crímenes... El ejército debe asumir la responsabilidad de estos errores.» Sin embargo, los soldados responsables no han sido procesados penalmente.

Hasta hace poco, ni la ONU ni ninguno de los gobiernos se ha mostrado comprensivo con la idea de que su personal militar debería ser responsable de las violaciones de derechos humanos que pudieran cometer, pero hay algunas señales de que esto podría cambiar, incluyendo el procesamiento del personal estadounidense responsable de las torturas y malos tratos a los prisioneros iraquíes en Abu-Ghraib, que ha aumentado el conocimiento público sobre la inmunidad de esas fuerzas.

Aunque la ONU es consciente de que si abandonaran el concepto de inmunidad pocos países proporcionarían fuerzas de mantenimiento de paz a las misiones de la ONU, hay signos de que la ONU ha empezado a cambiar su política -al menos en relación con las acusaciones de explotación sexual: en un documento político sobre tráfico emitido en marzo de este año, la ONU señala que «las fuerzas de paz... cada vez más parte del problema que de la solución».

Amnistía Internacional hace un llamamiento para que se instituyan mecanismo centrales en la KFOR y en SFOR (o en un nivel más elevado en la propia OTAN) para investigar las acusaciones de violaciones de derechos humanos cometidas por tropas tanto en Kosovo como en Bosnia-Herzegovina, en vez de dejar la decisión de procesar al correspondiente estado del que proceden los responsables. La organización está haciendo un llamamiento también para que acaben las detenciones ilegales llevadas a cabo tanto por la KFOR como por SFOR.

¿Desplegados para proteger?

«Incluso cuando hacía frío tenía que llevar vestido finos... El jefe me obligaba a servir a soldados y oficiales de policía internacionales... Nunca tuve ocasión de huir y abandonar esa miserable vida porque me vigilaban a cada momento...»

Actualmente Amnistía Internacional está haciendo campaña para que sean procesados penalmente los miembros de las fuerzas de mantenimiento de paz responsables de abusos contra mujeres. Esta campaña forma parte de Stop Violence Against Women, sobre la violencia contra las mujeres en situaciones de conflicto y posconflicto.

En mayo de 2004 AI publicó un informe que analizaba el tráfico como una violación de los derechos humanos de las mujeres objeto del tráfico, y que, en un contexto de posconflicto, examinaba cómo se había desarrollado en Kosovo una industria del sexo basada en el tráfico de mujeres desde el despliegue de la KFOR en julio de 1999, junto con una administración civil (UNMIK). El informe señala que, al igual que en la vecina Bosnia-Herzegovina cuatro años antes,en respuesta a la demanda creada por las fuerzas de paz y el personal de la ONU, varios miles de mujeres han sido sometidas a tráfico hacia o en el interior de Kosovo con el propósito de ser obligadas a prostituirse.

De hecho, existen evidencias convincentes de ciertas formas de explotación sexual por parte de las fuerzas de mantenimiento de la paz en prácticamente cada operación llevada a cabo, como en Sierra Leona, donde la plantilla de la ONU intercambiaba sexo por ayuda humanitaria, o en la República Democrática del Congo, donde la ONU está llevando a cabo actualmente investigaciones sobre al menos 67 casos de abusos sexuales y explotación sexual perpetrados por las fuerzas de la MONUC (Misión de la ONU en el Congo).

AI considera que el tráfico de mujeres y niñas para ser obligadas a prostituirse es un abuso de sus derechos humanos pues viola su derecho a la libertad, a la seguridad y, en algunos casos incluso, su derecho a la vida. Mujeres y niñas son encerradas en habitaciones con llave, les quitan su documentación, son amenazadas, coaccionadas, golpeadas y violadas para mantenerlas aterrorizadas o en dependencia total de su traficante, condiciones que AI considera que equivalen a tortura, trato inhumano y degradante.

Tanto la UNMIK como la KFOR están bajo la resolución UNSCR 1244/99 que les hace responsables de la protección y promoción de los derechos humanos. Un año después, la resolución UNSCR 1325/2000, «Mujeres, paz y seguridad» obligaba a las fuerzas de paz a tomar medidas especiales para proteger a las mujeres y las niñas de los abusos de género, particularmente de la violación y los abusos sexuales.

Por el contrario, las fuerzas internacionales han sido responsables del desarrollo de una industria que expone a las mujeres y las niñas a una serie de abusos de los derechos humanos a manos de sus traficantes y de los hombres que las compran por sexo, e -incluso cuando logran escapar- a nuevas violaciones de su derecho a la seguridad, y al apoyo, justicia y compensación por parte de la policía de UNMIK, el poder judicial y las autoridades locales.

En 2001, la legislación de Kosovo criminalizó tanto el tráfico como el hecho de tener relaciones sexuales con una mujer objeto de tráfico conscientemente. Sin embargo, a pesar de que existían evidencias creíbles de la implicación de algunas fuerzas internacionales en el tráfico sexual, y del extendido uso de mujeres objeto de tráfico por parte de las tropas de la KFOR, ni un sólo miembro de la KFOR ha sido procesado ni en Kosovo ni en su jurisdicción nacional. Aunque «el uso consciente de mujeres objeto de trafico» no es un delito en muchas jurisdicciones fuera de Kosovo, Amnistía Internacional considera que estas mujeres son forzadas a trabajar en unas circunstancias que hacen imposible cualquier consentimiento válido para el sexo, y considera por tanto que los hombres que tienen relaciones sexuales con una mujer que saben que ha sido objeto de tráfico están cometiendo una violación y deberían ser procesados por violación.

Aunque, tanto en Kosovo como en las otras misiones, a veces se ha suspendido la inmunidad para procesar a la policía civil de la ONU, permanece aún una cultura de la impunidad para el personal militar y todos los que violan los derechos de las mujeres para cuya protección están en ese lugar desplegados.

Para detalles sobre la Campaña de Amnistía Internacional Stop Violence Against Women, se puede visitar la siguiente dirección:
http:://web.amnesty.org/actforwomen/index-eng

Publicado en Peace News 2457, diciembre 2004-febrero 2005
Culpable de la traducción: Carlos Barranco

Alternativa Antimilitarista - Moc
Administración RSS